En el documental Michael Jackson: En busca de Neverland se revelaron varios detalles curiosos sobre el Rey del Pop, especialmente relacionados con su familia, sus gustos y las cosas que llevaba siempre consigo.
Al cantante no le gustaba que le tomaran fotos a su familia. Tal como fue conocido en todo el mundo, en una oportunidad les puso máscaras a sus hijos para evitar que los reconocieran en público y les dijo que era un juego de disfraces.
Otra vez persiguió a un fotógrafo que obtuvo una imagen de su hijo Blanket, y le intentó quitar la cámara. Según el documental, le terminó pagando 75.000 dólares para que su asistente destruyera la cámara en el sitio. Además se cortó en una mano por intentar arrancar una cámara de seguridad en un hotel en Washington.
Conrad Murray fue el médico que lo atendió el día de su muerte. Lo conoció una vez que su hija Paris estaba enferma. Para no llevarla al hospital, por miedo a los fotógrafos, solicitó la asistencia de un médico privado.
El Rey del Pop nunca celebró la Navidad porque era Testigo de Jehová, pero sí entregaba regalos a sus hijos.
Siempre llevaba consigo el premio Oscar que ganó Lo que el viento se llevó, un maletín con 200.000 dólares y el pasaporte. Cuando iba al cine, tenía su propia salsa picante y mantequilla en spray para ponerle a las palomitas.
Una de sus canciones preferidas era My prerogative de Bobby Brown, el esposo de Whitney Houston. Su actor favorito era Charles Chaplin y para él era el auténtico “rey de la comedia”.
Al final de su vida arrastraba muchas deudas y lo intentaron convencer para que hiciera una residencia en Las Vegas, en lugar de la gira que organizó. Pero el propio Jackson dijo que no podría actuar en directo cinco veces por semana porque eso lo mataría.