Lucia Luna, de 24 años, de Nampa (Idaho, EE.UU.), fue testigo de cómo Hagrid, el perro de la familia, tomó cartas en el asunto cuando la pequeña Rozzlyn, un bebé de nueve meses, comenzó a quejarse y a llorar.
La escena era la siguiente: la familia Luna se encontraba descansando en el salón de su casa, cuando Rozzlyn comenzó a llorar a los pies de su madre. A su lado, Hagrid, el Rottweiler de la familia, decidió echar una mano y calmar a su compañera aullando.
La tierna escena quedó registrada en vídeo y en ella se pudo ver que, curiosamente, cuando Hagrid se sentó a su lado y aulló, Rozzlyn se calló al instante y se quedó mirando con asombro al perro.
Y, al final, hasta le hizo olvidarse del llanto y pasó a la risa enseguida.
Fuente EP.