La actriz y cantante rockera Courtney Love confesó que agobiada por su adicción a los psicotrópicos estuvo tentada a inhalar las cenizas de su esposo, el guitarrista y líder de la banda Nirvana, Kurt Cobain, quien se quitó la vida en 1994.
De este suicidio se ha hablado mucho. Es un tema sensible para los ex compañeros de banda de Cobain como para su viuda, quien además ha revelado que si el guitarrista estuviera vivo, le haría el amor y posteriormente lo mataría.
“Si volviera ahora mismo tendría que matarlo por lo que nos hizo. Lo mataría. Tendría sexo con él y luego lo mataría”, le dijo tiempo atrás a la revista Vanity Fair.
Una vez más la también creadora de la banda de rock Hole aseguró que su esposo intentó matarse en tres oportunidades y que, al menos en cinco ocasiones, padeció sobredosis de droga.
Love señaló que se convirtió en la "médica de emergencia" de Cobain, a quien debía inyectar para que se sobrepusiera cuando quedaba inconsciente por el excesivo consumo de narcóticos, por lo que regularmente llevaba consigo Narcan, un fármaco aplicado a los consumidores de heroína.
La actriz lamentó la ruptura de la relación de Cobain con su hija, Frances Bean, y la pérdida de millones de dólares en fraudulentos manejos financieros.
Love reveló que a los 18 años su hija se separó de ella. Asegura amarla infinitamente y desea escuchar el sonido de los zapatos de Frances al caminar por el corredor de su dormitorio.
Love y su marido, quien se suicidó en 1994, consumieron numerosos narcóticos durante su relación, entre ellos la heroína, pero mientras ella sólo quería hacerlo de manera eventual, él ya estaba inmerso en la adicción.
La guitarrista dijo que era la típica adicta a las drogas para sentirse bien, mientras que Cobain lo hacía hasta perder el conocimiento y caer al piso.
La artista rechazó el hecho de ser considerada un chivo expiatorio en la muerte de su esposo y reveló que para ella fue un shock ser tan impopular en los Estados Unidos. “Era algo que no esperaba”, comentó.