Anoche, un deportista argentino admirado dentro y fuera de la cancha se convirtió en leyenda. El máximo exponente de la "Generación Dorada" de básquet, Emanuel Ginóbili (41), más conocido como "Manu", fue despedido por el equipo que lo consagró, San Antonio Spurs.
En la ceremonia, se retiró la camiseta número 20 del exbasquetbolista y se la inmortalizó en el techo del AT&T Center para homenajearlo. Todos los que forman parte de la NBA se mostraron conmovidos ante las palabras del deportista, especialmente cuando le dedicó parte de su discurso a su esposa, Marianela Oroño.
Manu le agradeció a su amor por haberlo acompañado en todo momento durante su carrera. "Gracias por aguantar mis obsesiones por veinticinco años, 'que la siesta tiene que ser a esta hora, que la comida tiene que ser esto, que no puedo salir porque estoy cansado y mañana juego'", comenzó diciendo el deportista. Y agregó: "Gracias por bancarte todo eso, por ayudarme a que todo sea más fácil y que sólo tenga que pensar en jugar. Gracias por bancarte tantos veranos, que tendríamos que haber pasado en una playa, permitiendo que me vaya a jugar con los chicos a Londres, a Japón, a China, a Mar del Plata, y vos sintiéndote orgullosa de que yo hiciera lo que me gustaba".
"Gracias por aguantar mis obsesiones por veinticinco años, por ayudarme a que todo sea más fácil y que sólo tenga que pensar en jugar"
Antes de cerrar, la leyenda del básquet le prometió a su esposa que haría hasta lo imposible por devolverle algo de todo lo que ella le dio en estos años: "Sé que te robé un montón de tiempo. Gracias por tu compañía, tu amistad, por hacerme quien soy y gracias por delegar tanto de vos para ponerme de prioridad a mí y a tus hijos. Voy a estar en deuda para siempre, pero calculo y estimo que tengo 40 o 50 años para retribuirte y voy a hacer todo lo posible para hacerlo".