Fue en el año 1987 cuando el mundo supo de un filme cómico muy particular, llamado Las Brujas de Eastwick, que reunió a tres hermosas y talentosas actrices Michelle Pfeiffer, Susan Sarandon y Cher, con el excéntrico e inigualable Jack Nicholson.
El cineasta George Miller estaba feliz de tener la oportunidad de dirigir a esas enormes figuras de la actuación, en una trama bastante light y fresca, por así decirlo. El problema fue que no todo resultó tan fácil como creía.
Miller contaba con suficiente experiencia detrás de cámaras, gracias a su trabajo en Mad Max (1979-1985), aunque desconocía de qué forma funcionaba el mundo de los estudios hollywoodenses, para completar con éxito ese proyecto.
“Era mi primer largometraje en Estados Unidos. Lo que sucedió fue que el estudio Warner Bros no me daba los recursos que pedía; es decir, si necesitaba cincuenta extras, me daban una docena; si quería dos cámaras enviaban sólo una. Fue difícil hacer que me escucharan”, reveló el australiano para la página Yahoo Entertainment.
Afortunadamente para él, hubo una persona que escuchó sus quejas: Jack. El simpático actor le dio al director un consejo que todavía atesora como si fuese ayer.
“Lo recuerdo venir a mí y decirme: ‘Mirá George, hay personas que confunden la cortesía con la debilidad. Siento que tenés que hacerles pensar que estás un poco loco”, fueron las palabras del ganador del Oscar en dos ocasiones distintas.
Con eso en mente, Miller tomó cartas en el asunto. Por ejemplo, cuando veía que nadie le escuchaba, simplemente desaparecía de los sets. “No llegaba a las grabaciones, y así los tenía llamándome desesperados desde el estudio. En una oportunidad pensé en dejar por completo la producción, y nuevamente Jack me aconsejó en una manera muy suya”.
Nicholson le recordó que, si bien el estudio no hacía el trabajo correspondiente, seguía teniendo el apoyo de todos los actores involucrados, quienes confiaban ciegamente en el proyecto. El filme recaudó casi 64 millones de dólares en taquilla, y tuvo una valoración de la crítica de tres estrellas y media sobre cinco.
“Tengo mucho que agradecerle a Jack. Lo sentía sobre mis hombros, guiándome sobre cómo trabajar en el sistema de Hollywood que no resultó sencillo. Al final logramos la meta”, culminó.