Hijo de un dentista y de una directora artística, el actor Chris Evans es considerado por algunos directores de cine como un superhéroe real debido a que su físico corresponde a cómo se verían estos personajes de los comics en el mundo real.
Y aunque suene absurdo separar su nombre al del Capitán América, el nacido en Boston hace 36 años confesó que por miedo a firmar nueve películas rechazó en varias oportunidades interpretar al superhéroe de Marvel por ser un trabajo de largo plazo.
Sin embargo, conversó esa posibilidad con su familia y amigos más cercanos, lo que lo hizo cambiar finalmente de idea y aceptar la interpretación que le cambió la vida y lo lanzó a la cúspide de la fama.
En esa oportunidad reconoció que participar en tantas cintas le produciría ansiedad. Además, pudo interpretar lo que sentía y comprendió que si había algo que lo asustaba ese sentimiento debía ser una razón más para hacer lo que se le proponía.
Como dato curioso resalta que no siempre le fue bien en las audiciones, en una de ellas para la película Mi nombre es Harvey Milk, pero el papel se lo llevó finalmente el actor James Franco.
Una de sus debilidades son los tatuajes y por eso en su cuerpo exhibe diseños inspirados en la familia y los amigos, lo que demuestra el lado más humano de este caballero deseado por todas las mujeres.
Se han podido identificar por lo menos cinco diseños: un símbolo que evoca a la familia, la palabra lealtad, lleva tatuadas las iniciales de los nombres de sus hermanos (SCS), el signo de Tauro (que pertenece a su madre) y la frase "In Loving Memory, Bardsley, With Me Always", en homenaje a un amigo que murió en un accidente de tránsito en 2003.