La bella y talentosa actriz Charlize Theron una vez más se reinventa como heroína. Esta gran profesional de la pantalla grande destaca por su versatilidad para dar vida a sus personajes, y en esta oportunidad sorprendió con su interpretación en el film Trully, en el cual asumió el papel de Marlo, una mujer que después de su tercera hija se sumerge en una gran depresión.
Para el desarrollo de esta filmación, Theron tuvo que aumentar nada más y nada menos que 22 kilos. Esta experiencia no fue un proceso sencillo para la modelo sudafricana, quien comenta que tuvo que consumir muchos alimentos procesados y excesiva azúcar.
“Bebía 12 cocas al día, pero mentalmente no estaba preparada para las consecuencias”, sentenció. Durante su preparación padeció una gran depresión, debido al tipo de alimento que tuvo que ingerir.
Además la actriz de 42 años relató que entre los intervalos del rodaje le daban platos de fideos, también acostumbraba a tener macarrones y queso en una taza de plástico a un costado de su cama, a media noche se los comía y volvía a dormir.
Sobre los grandes papeles que le ha tocado asumir, la actriz de nacionalidad estadunidense asegura que le gustan los grandes retos a los cuales se entrega en cuerpo, mente y alma. “Me vuelvo obsesiva pensando en cómo puedo hallar el cuerpo de un personaje para hacerlo convincente”, dijo.
La rubia oscarizada confesó que no es insegura; sin embargo, cuando toma su rol en una película tiene dudas sobre la calidad de su trabajo. “Entro en pánico, lo que considero es positivo para un actor (…) Es el modo en que ejerzo presión a mí misma. El talento va adquiriendo sabiduría y fortaleza; sin embargo no es bueno confiarse demasiado, porque te patea el trasero”.
En ese sentido, relató que tiene una amiga que atravesó por una experiencia de depresión postparto, quien la aconsejó sobre su vivencia.
Luego del estrenó de Trully en Estados Unidos, Theron ha recibido impresiones de los hombres, cosa que le ha parecido extraordinario. Cuenta que ellos entendieron los mementos difíciles por los que atravesaron sus esposas, pues desconocían lo que ellas sentían.