Cecilia Suárez, quien inició su carrera de actriz en los años 90, finalmente regresó a las ficciones pero esta vez en un formato diferente.
“Las telenovelas se estancaron, no renovaron el discurso, no entrenaron a sus actores, no tienen historias relevantes que hagan crecer a sus actores. Las televisoras ponen en el estelar a quien pasa más tiempo en el gimnasio y no a quien se parte el lomo”, sentenció la actriz.
A juicio de Suárez, ya no se hace televisión con propósito sino que se deja mucho espacio para frivolidades, sin contexto social ni razón de ser.
Ante esto, prefirió marcar distancia y no aceptar cualquier guion que cayera en sus manos, pues advierte que cada rol que interpreta debe tener sustancia y crítica. Algo que, para la artista, no tienen las ficciones de hoy.
La actriz, que se estuvo dedicando durante los últimos años a la industria cinematográfica, lamentó que en las telenovelas se escojan a los actores por su edad y apariencia sin importarles el talento, lo que según ella provocó que bajara la calidad de los proyectos y la migración al streaming.
En este sentido, rechazó los estereotipos y los juicios de valor que desde las industrias se hacen a los actores que han decidido revelarse contra esta situación.
Asimismo, exhortó a sus colegas a rescatar el objetivo principal de la televisión y a no dejarse llevar por señalamientos.
Cecilia también enfatizó que "el discurso patriarcal que mantienen las telenovelas es algo terrorista en contra de las mujeres”, tras formar parte del Consejo de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
Junto a la institución, Suárez evaluó un capítulo de una telenovela y había más de 300 menciones de violencia en contra de las mujeres.
El último proyecto de la actriz fue La Casa de las Flores en Netflix, el cual sigue el formato de una telenovela. Al respecto, Suarez señaló que la similitud es que es un proyecto dramático, pero la trama que maneja es más profunda, con temas de actualidad, además de ser una historia compleja que se desarrolla en 13 capítulos.
La actriz de 46 años empezó su carrera en la pantalla chica y luego dio el salto a la pantalla grande con cintas como Sexo, Pudor y lágrimas y Todo el poder, siguiendo su camino por el teatro y el séptimo arte.