A juicio de la reconocida y exitosa actriz mexicana Cecilia Suárez, no debería ser juzgado el hecho en el que dos personas de un mismo sexo se den un beso en un episodio televisado, pero sí considera contradictorio que, mientras estas escenas de amor son censuradas, en las pantallas se proyecten capítulos de violencia.
Suárez es de las que opina que los formatos de las actuales telenovelas cumplieron su vida útil. Cree que ese estilo funcionó hace 30 o 40 años atrás, pero que en la actualidad deben refrescarse las producciones y ajustarlas más a la realidad que vive el mundo.
Para Suárez es ridículo que los televidentes vean imágenes de rifles, pistolas y ametralladoras, violencia pura y no una escena de amor entre dos hombres o dos mujeres que se quieran. Para ella, permitir la violencia y no el amor es un acto contradictorio y de doble moral, absurdo e irracional.
La actriz mexicana, quien hizo el papel de Paulina de la Mora en la serie La casa de las Flores, logró enamorar al público con su particular forma de hablar en esta producción, en la que una familia honorable esconde muchos secretos íntimos.
Esta serie no fue exitosa solo por la actuación de sus principales protagonistas, sino por la distancia que marcó la producción de la tradicional industria televisiva mexicana al tratar de manera realista los temas como la homosexualidad y transexualidad en el seno de la familia De la Mora, en la que Paulina fungía como la hermana mayor.
En esta producción también surgieron delicados temas sociales como el consumo de drogas, la infidelidad y la mentira, entre otros hechos incómodos.
La mexicana apuesta a que estos temas de homosexualidad sean tratados con más frecuencia y abiertamente a través de la pantalla para que el público tome esto con más naturalidad.
Suárez dice que, de seguir con el tabú en estos temas, dificulta que los productores de telenovelas se arriesguen aún más y eviten hablar de manera deliberada, abierta y natural de esta realidad que no solo está en México, sino en todo el mundo.