Carlos Vives tiene 32 años de carrera y su música sigue contagiando al público. Comenzó poco a poco, sin imaginar que se convertiría en uno de los cantantes más importantes de Colombia y de América Latina. Además, Europa se rindió a sus pies.
Jamán pensó que viviría haciendo algo que le apasiona tanto como la música, pero así se lo tenía deparado el destino y hoy disfruta con humildad de sus éxitos, dejando atrás su sueño de ser médico como su padre.
Es tanto su gusto por la música que ningún género le desagrada, por el contrario todos le gustan, al igual que se siente agradado con los temas que ha interpretado a lo largo de su carrera musical, mezclando el vallenato, con la balada y el pop.
Sin embargo, hay una de sus canciones por la que siente especial preferencia: Santa Marta, Kingston, Nueva Orleans, aunque es una de las que menos popularidad tiene, mientras que No quiero volverme tan loco de Charly García, su artista favorito, es uno de los temas que le cambió la vida.
El trombón es uno de los instrumentos que aspira tocar para usarlo en sus conciertos, así como lo hace con el acordeón, el cual lo acompañó en su reciente gira por Europa e Israel (Asia), donde llevó su música por siete ciudades que incluyeron Berlín, Londres, Madrid, Barcelona, Torrelavega, Biel y Tel Aviv. En esta última ciudad, más de 40 mil personas disfrutaron de su repertorio.
El tour comenzó el 19 de julio y finalizó a finales del mes. En el escenario acompañaron a Vives, Melendi, El grupo Raya, Marta Gómez, Idan Raichel y su hija Elena Vives. Todos hicieron bailar a un público que siempre lució animado y complacido.
La misma emoción sintió Vives al llevar la cultura colombiana a Europa y Asia y sentir el calor de estas tierras. La Bicicleta, Al filo de tu amor, Robarte un beso y Hoy tengo tiempo (pinta sensual) fueron parte de las canciones interpretadas por Vives, quien continuará a partir de septiembre su gira por Norteamericana y luego por América Latina.