Fue una película que tocó temas sensibles, como el secuestro y la violación de menores. Room (2015) manejó una historia poderosa, desgarradora y también llena de esperanza. Suena contradictorio, pero sin esto último no hubiese destacado del resto, y tampoco habría llamado la atención de la Academia.
El público observó a los personajes principales, Jack (Jacob Tremblay) y “Ma” (Brie Larson) realizar su rutina diaria, mientras permanecían cautivos por un hombre desquiciado. En aquella pequeña habitación, que después se descubre como una caseta de jardín, se acumulaba el gran dolor de Larson que reprimía por el bien de su nene.
Lenny Abrahamson, director de la propuesta, opinó esto a The Telegraph: “Brie posee una cualidad muy especial. Puede ir a esos lugares oscuros y emocionalmente crudos, con sencillez y gracia... Es decir, no hay luces ni espectáculo, sólo veracidad y honestidad en su rendimiento”.
El personaje de Larson es secuestrado y torturado por un hombre, que la tiene incomunicada con el exterior por siete años. De sus constantes abusos, nace Jack, quien no entiende lo que ocurre alrededor.
Su madre se ha encargado de crear una burbuja para él, y hacer que sólo vea el “lado alegre” de la vida.
Para preparar al personaje, que le valió un Oscar como Mejor Actriz en el 2016, Brie consultó a varios especialistas en traumas sobre abuso sexual, nutricionistas y psicólogos, a modo de entender lo que sentiría alguien en esas condiciones.
“La información que recibí me ayudó a poder conectarme con Ma. No quería que la gente desarrollara una visión voyeurista de lo que ahí sucedía, sino que se pusieran en el lugar de las víctimas”, expresó la actriz a The A.V. Club.
El éxito del filme también se debe a la fuerte relación de Brie con Jacob, dentro y fuera del set. Ella, según el director, se comportó como una madre protectora y lo ayudaba con sus líneas, lo motivaba a hacer una mejor actuación, y le daba trucos que podía usar en sus interpretaciones.
Para el equipo involucrado en Room, el trabajo de Larson “acercó a la audiencia a un nivel de generosidad y fuerza que la maternidad exige, en especial cuando se viven varios de los momentos más oscuros de su historia”.