Fue a finales del 2017 cuando un escándalo ocurrió en Hollywood, con las incontables acusaciones de mala conducta sexual en contra del productor Harvey Weinstein, que hicieron que muchas de sus víctimas alzaran sus voces para decir: Ni una más.
Un evento similar sucedió con una organización de cine independiente llamada Cinefamily, que fue acusada de conducta sexual inapropiada.
El problema fue que la oscarizada actriz Brie Larson se vio inmersa en el conflicto, ya que trabajó junto con ese equipo en varias oportunidades.
Con ellos intervino en eventos de teatro, y en paneles de mujeres acompañando a su colega Chloe Sevigny. Entonces, al saberse de los penosos cargos, se publicó la renuncia casi inmediata del cofundador de Cinefamily y director ejecutivo Hadrian Belove, y del vicepresidente de la junta directiva Shadie Elnashai.
Ambos fueron los señalados de acosar y agredir sexualmente a varias personas durante su labor en Cinefamily. La denuncia llegó vía correo electrónico y antes de que escalara a mayores, decidieron abandonar para que otros asumieran el mando.
Larson no pasó por alto el tema. En su cuenta Twitter ofreció su punto de vista y escribió que las acusaciones le molestaban a un nivel muy personal, “tanto como defensora de los sobrevivientes de agresión sexual, como miembro de la comunidad Cinefamily”.
“Agradezco a los valientes supervivientes que hablaron, les creo. La responsabilidad de manejar las denuncias de esa naturaleza nunca debe recaer en los asaltados. Cinefamily se enorgullece de ser un espacio de seguridad y comunión: es hora de que se tomen más medidas para garantizarlo”, concluyó.