Poco a poco muchos artistas se hicieron un camino a Hollywood. Algunos enfrentaron comentarios como "no servís para esto", mientras que otros audicionaron sin éxito, pero siguieron intentándolo uno y otro día.
También hubo quienes alternaban sus clases de actuación con trabajos ocasionales para cancelar sus estudios, porque no era fácil mantenerse estable económicamente. Este fue el caso del ahora famoso actor estadounidense Brad Pitt, quien demostró que nadie nace estrella sino que se hacen por el camino.
A una semana de graduarse en la carrera de periodismo y publicidad, Pitt abandonó la Universidad de Misuri (Columbia), tomó sus valijas y emprendió vuelo a Los Ángeles para cumplir su sueño de ser actor.
Comenzó a estudiar arte dramático, mientras intentaba formar parte de alguna de las productoras relacionadas con la industria cinematográfica.
Para pagarse sus estudios y rendir los 300 dólares que tenía en el bolsillo, Brad tuvo que ejercer algunos trabajos ocasionales que consiguió a través de anuncios de periódico.
Por un tiempo, prestó sus servicios como chofer de limusina, repartidor y hasta se disfrazó de mascota para el restaurante mexicano El pollo loco.
Por cosas del destino, ejerciendo sus funciones como chofer llevó a una stripper a una despedida de solteros y su vida dio un giro de 180 grados. Esta joven quería ser actriz y lo presentó con el profesor de interpretación Roy London, con quien Brad cursó estudios durante seis años.
Después de tanto aprendizaje, Brad hizo un casting al que acudió mal vestido y poco pulcro; sin embargo, obtuvo el papel entre un grupo grande de competidores.
En películas como La tierra de nadie y Golpe al sueño americano, Pitt hizo pequeños papeles en 1987; sin embargo, su nombre no salía en los créditos y aunque ya estaba dentro de la meca del cine su carrera lucía algo estancada.
El profesor London le recomendó que tocara puertas en la pantalla chica y participó en cuatro episodios de la serie televisiva Dallas, entre diciembre de 1987 y febrero de 1988, y luego en Los primeros de la clase.
Más tarde hizo un papel de psicópata en el telefilm Demasiado joven para morir y seguidamente actuó en Thelma y Louise, donde se destacó en una breve escena conocida como la del orgasmo de los 6 mil dólares, y en la película Johnny Suede.
El río de la vida de Robert Redford fue otro gran reto. Aunque Pitt no se lució en el casting y no fue seleccionado, le envió una grabación a Redford y lo convenció.
Al culminar este filme encarnó a un temible asesino, donde demostró su gran potencial como actor.
Las propuestas comenzaron a llover y el actor participó en películas como Leyendas de pasión, Entrevista con el vampiro, Seven, Doce monos, Sleepers, La sombra del diablo, Conoces a Joe Black, El club de la lucha, Ocean’s Eleven, Sr. y Sra. Smith. A partir de allí el éxito es su mejor aliado.