Estamos en la recta final a lo que será la boda del 2018, entre el Príncipe Harry y la actriz norteamericana Meghan Markle, a cumplirse el mes de mayo. Lo que sí continúa siendo un verdadero misterio es quién estará trabajando en el lujoso vestido de novia, y cómo lucirá la morocha en su sonado festejo.
Tal y como indicó Sarah Burton, directora creativa de la marca Alexander McQueen, para el magazine Harper's Bazaar, el diseñar un vestido para un miembro de la realeza no es tarea fácil. Ellos fueron quienes se encargaron de la hermosa creación que usó Kate Middleton en el 2011… y se vio fabulosa.
“Quisimos hacer una pieza que se convirtiera en parte de la historia, y que además tuviese suficiente presencia para la Abadía de Westminster. Lo curioso es que también debía ser modesta y sutil. Creo que lo logramos”, opinó Burton.
En el caso de Markle, el vestido no necesita ser tan grande como el que llevó la Duquesa de Cambridge, ya que la ceremonia tendrá lugar en la significativamente más pequeña, pero no menos especial, Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor.
Considerando el interés mundial de las nupcias, y el hecho de que la ceremonia será televisada, el vestido de novia de Markle merece ser majestuoso, femenino y tradicional. No quiere decir que tendrá forma de merengue o de princesa en un sentido estereotípico, pero es poco probable que sea excesivamente atrevido o arriesgado.
Así pues, ¿cuál estilo habrá elegido Markle y que diseñador se llevará el crédito esta vez? Analicemos esto:
Erdem, por ejemplo, un diseñador canadiense con sede en Londres, es un candidato importante. No sólo es la marca favorita entre la prensa de moda británica, sino que su perfil se elevó gracias a su exitosa colaboración con H&M. Markle, quien ya usó la etiqueta antes y llamó a Canadá su hogar por muchos años, estaría complacida con la idea de que los dos compartan esa conexión.
Otro favorito de la realeza incluye a Antonio Berardi, que lució en un partido de polo con el Príncipe Harry. Conocido por sus diseños sensuales, femeninos y su sastrería fina, popular entre las actrices Blake Lively, Sarah Jessica Parker y Kate Bosworth, el diseñador nacido en Londres podría crear un vestido que fuera elegante y glamuroso, pero moderno.
Giles Deacon, quien diseñó el vestido de novia de Pippa Middleton, dijo que estaría preparado para el desafío. “Si Meghan estuviera de alguna manera interesada, estaría más que encantado, pero estoy seguro de que tiene otras personas en su lista”, expresó a la prensa.
Si Markle realmente quiere mostrar su apoyo a la moda británica, entonces el sello de lujo londinense Ralph & Russo sería acertado. El año pasado, la marca se mudó de la pasarela de París a la London Fashion Week, donde debutaron por primera vez, con una colección aclamada por la crítica caracterizada por adornos brillantes y cinturas femeninas enganchadas. La apariencia era dramática, pero sin referencias obvias a la princesa.
Stella McCartney sería una gran elección para Markle. Su ética junto con su estética femenina, aunque discreta, es probable que atraiga a la gente de la realeza, que es conocida por su sensibilidad socialmente consciente.
Otra opción es Emilia Wickstead, cuyos vestidos femeninos esculpidos en tonos pastel funcionarían perfectamente como ropa de novia contemporánea. La marca es popular en la alfombra roja y también con la Duquesa de Cambridge que ha usado a la diseñadora en múltiples ocasiones.
Cuando la revista Glamour le preguntó el año pasado a Markle sobre su vestido de novia favorito, ella citó el de Narciso Rodriguez que usó Carolyn Bessette Kennedy cuando se casó con John F Kennedy Jr.en 1996. El vestido color perla cortado en diagonal emanaba la simplicidad de los 90 y desafiaba las convenciones como una mirada nupcial moderna, elegante, nada complicada.
“Creo que a medida en que envejeces te sientes más seguro, y no necesitas esforzarte tanto para poder impactar, haciendo o usando cosas muy atrevidas”, dijo la actriz a la revista. ¿Cómo traducir eso para un vestido de novia? Posiblemente simple, femenino pero moderno. Entonces, la especulación continúa.