Luego de hablar en el programa estadounidense 20/20, el ex esposo de la desaparecida Whitney Houston, Bobby Brown, soltó más detalles impactantes de su volátil matrimonio, reseñados en la página de
El también cantante señaló el uso de drogas frente a su hija Bobbi Kristina, pasando por situaciones de infidelidad y abuso físico. Al respecto Cissy, madre de Houston, confesó sentirse decepcionada de que el público supiera información negativa de la diva del pop y R&B.
“Fue inquietante. Estoy profundamente molesta de que la entrevista promoviera la historia de Bobby, transformándola en una mala exposición sobre la vida de Whitney”, reclamó Cissy a People.
Del lado de Brown, defendieron que él sólo haya expuesto su verdad, sin intentar sacarle provecho. “Bobby cometió muchos errores que pagó caro, pero su historia no ha terminado. Está tratando de rehacer su vida, y buscando cómo llevarla en buena dirección” dijo una fuente de la familia Brown.
Algunos de los secretos que guardaban Bobby y Whitney eran estos:
A menudo se drogaban frente a su hija: el uso de narcóticos empeoró luego de que Houston diera a luz. Tal vez porque estando embarazada debía mantenerse sobria.
“Peleaba con Whitney cuando usaba drogas, no quería que nuestra pequeña la viera así pero no podía vigilarla. Ella hacía lo que quería. Nuestra hija lo vio todo. Cuando lo pienso ahora, siento un dolor enorme. Le fallamos”, expresó Bobby.
Whitney tenía fuerte apetito sexual: “Éramos una combinación explosiva. Cuando ves imágenes de nosotros juntos y nos ves colgando uno sobre el otro, era real. Probablemente estábamos a punto de escabullirnos y estar ocupados”, comentó el artista.
Sobre violencia doméstica: “Una vez le pegué sin querer. Sabía que había cruzado una línea, un paso que nunca podría deshacer. Las circunstancias del golpe no importarían. A partir de ese momento, siempre sería un golpeador de esposas”, reveló Brown.
Infidelidad mutua: “Ella me engañó antes de yo hacerlo. Se acostó con productores y artistas con los que trabajó o se asoció durante años. No mencionaré a nadie específico, porque siguen ahí afuera. Opté por hacer lo mismo, iba a jugar su propio juego”, indicó.
Él la ayudó con el baile y ella con su canto: “Me enseñó cómo usar mi voz, cómo mezclar mis notas, cómo cortar mi voz cuando lo necesitaba. Fue una gran maestra. Te hacía querer ser mejor cantante. Eso es lo que ella hizo por mí. Yo le enseñé a bailar, nos encantaba hacerlo. Fue mejorando. Nos hicimos mejores artistas de esa forma”.
Houston no era una dulce princesa: “Alguien puede verse bien por fuera, fuerte...pero por dentro tenés a alguien con inseguridades, problemas familiares, emocionales y personales. Sabía que Whitney era real. Iba al grano, decía lo que pensaba. No pretendía ser alguien más. No era esa princesa que todos creían. Nadie es perfecto y eso está bien”, culminó Brown.