La piel está expuesta todos los días a los efectos de la contaminación, rayos solares, cambios bruscos de temperatura o la sequedad ambiental. Las personas con la piel sensible son las que más sufren por estos factores que aceleran el envejecimiento, así como la aparición de manchas, arrugas o irregularidades en el rostro.
La palabra Cica se emplea para identificar las cremas con fórmulas desarrolladas específicamente para pieles sensibles. Estos productos están enriquecidos con ingredientes que tienen beneficios reparadores y calmantes, para ayudar a fortalecer la piel y aliviar los problemas.
Después de años de investigación, este tipo de fórmulas también aportan beneficios anti-edad como firmeza, elasticidad y tersura. Uno de sus ingredientes es la centella asiática, una hierba con probadas capacidades reparadoras y calmantes.
Estas cremas deben aplicarse cada mañana, tras la limpieza y el sérum, con movimientos circulares desde el interior del rostro hacia el exterior. Con este tratamiento se logra reparar la barrera protectora, reducir las arrugas y restaurar la elasticidad de la piel, logrando un rostro más joven y más protegido frente a las agresiones externas.
La leyenda sobre la centella asiática
Cuenta la leyenda que cuando un animal estaba gravemente herido se restregaba sobre la Hierba del Tigre, una planta originaria de Asia, y sanaba. Esta historia, como casi todas, tiene su parte de verdad. la hierba, más comúnmente conocida como centella asiática, se utiliza en la medicina tradicional china por su capacidad para reparar la piel.
Lo que sí es cierto y ha sido comprobado es que este ingrediente tiene propiedades calmantes y regeneradoras, evita la aparición de imperfecciones, estimula la circulación sanguínea y la creación de colágeno, logrando retrasar el envejecimiento. Además acelera la curación de heridas y quemaduras, ayuda a prevenir las estrías y la formación de cicatrices y queloides.