Era claro que Jennifer Hudson iba a ser una brillante estrella de la pantalla grande, con sólo ver la cinta original de su audición para el filme Dreamgirls (2006).
Muchos conocen de su intervención en el programa American Idol, que de alguna forma la preparó para estar con los actores Eddie Murphy, Jamie Foxx y la cantante Beyoncé en la singular película.
Dreamgirls fue un drama musical dirigido por Bill Condon, que hizo guiño a la vida y obra de destacados grupos femeninos de los sesenta y setenta como Las Supremes, de donde surgió la diva norteamericana Diana Ross.
El papel otorgado a Hudson pudo quedar en el olvido por ser su actuación debut, pero al inyectarle toda esa potencia a Effie, Jennifer estalló en grande tanto que se llevó a casa el premio de la Academia como mejor actriz de reparto.
“Tenía un talento natural. Era increíble pasar tiempo con ella, verla controlar sus líneas, sus interpretaciones, y perfeccionarlas. Hicimos con ella tres audiciones. Esa fue la más elaborada. Muchas competían por el puesto, más de 800 chicas… y ella lo consiguió”, confesó Condon para el portal USA Today.
El director explicó que poco a poco Jennifer se sintió más cómoda con las cámaras. Adoptó una gran confianza para que la “magia” no se perdiera en escena.
“Quise que se sintiera cómoda y que supiera que estábamos allí para apoyarla. Teníamos nuestras manos juntas y nos lanzaríamos en un proyecto muy importante. Hubo emoción... y se sintió bien. Miro atrás y sigo maravillado de cómo asumió esa responsabilidad, y del resultado final del proceso”, dijo Condon.
La carrera de Hudson siguió en auge, tanto que logró entrar en The Voice como uno de los jueces de turno. Así como ese programa, tiene en mente otros proyectos relacionados de los que ha dicho muy poco a la prensa.