Cristiano Ronaldo es considerado como uno de los mejores jugadores de fútbol del planeta. Su nombre es sinónimo de enorme talento, amén de su asombroso físico.
Antes de que ganara un estimado de 365.000 dólares a la semana, más 400.000 por su incursión en Instagram, era un joven escuálido y de dientes desprolijos.
Entonces, ¿Cómo pasó de ser eso a uno de los grandes íconos de la cancha profesional? Ronaldo tenía unos 18 años cuando firmó contrato con el Manchester United, luego de llamar la atención del manager Alex Ferguson… y su look general era diferente.
Por aquellos años, Cristiano anotó 84 goles dentro del club, convirtiéndose en el primer ganador del Balón de Oro del United, desde George Best en 1968.
Siguió trabajando hasta alcanzar su madurez y aprendió a manejar las demandas físicas del fútbol inglés, mientras creaba músculo en la parte superior de su cuerpo.
Tiempo después entró al Real Madrid, causando sensación desde el 2009. Su figura delgada y atlética llamó la atención en los fans y los críticos, tanto en el Reino Unido como fuera. Su perfil personal se desarrollaba rápidamente.
Poco a poco disipó el “mito” de que el futbolista ideal debía tener ese aspecto bajo, robusto y complejo, como Diego Maradona en sus mejores años.
Se propuso a invertir horas en el gimnasio. Además, cambió sus hábitos alimenticios para tener mayor rendimiento en el terreno de juego.
“Mi dieta es saludable. Ahora evito consumir cosas malas para mi cuerpo, como el alcohol, los refrescos azucarados y los alimentos procesados. Me enfoco en comer alimentos integrales simples: Frutas, verduras frescas, granos integrales y proteínas magras”, reveló a FourFourTwo.
Otros grandes futbolistas han tratado de seguir sus pasos, aunque varios de sus más cercanos colegas entienden que su complicada rutina de ejercicios no es para adecuada para toda persona… y eso lo hace muy especial.