La famosa e hilarante actriz de la exitosa serie Mom, Anna Faris, tiene muchos detalles de su vida privada que ameritan ser contados, por lo que acá te revelamos algunos de ellos.
Su hijo Jack Pratt nació prematuro a las 30 semanas y 1 día, por lo que debió permanecer por un mes en la sala de cuidados intensivos.
En ese entonces, el doctor le comunicó a los padres que Jack tenía un sangrado severo en el cerebro y que existía la posibilidad de que desarrollara una discapacidad. Fue un momento muy triste y difícil para Anna y Chris Pratt.
Su hijo actualmente sólo tiene un par de problemas físicos: usa lentes y un parche en un ojo por 20 minutos al día para fortalecer su visión. No obstante, considerando que esos son sus mayores retos, los famosos padres se sienten afortunados.
Anna tuvo un momento de disgusto cuando Chris Pratt estaba en el filme “Passenger”, junto a Jennifer Lawrence. Esto debido a que circularon fotos de ellos riéndose juntos camino al set, y las revistas publicaron rumores de un romance entre Jennifer y Chris.
En una oportunidad, Anna dijo que Jennifer y ella han sido amigables; sin embargo, resultó bochornoso que alguien estuviera diciendo que su marido la engañaba, aunque era algo totalmente falso.
Luego de su primer divorcio, Faris fue contratada como ex Playmate de Playboy para la película “The House Bunny”. En ese momento la actriz se colocó inyecciones en los labios y quedó insatisfecha con este trabajo cosmético, por lo que declaró que no fue una decisión correcta.
Sin embargo, está feliz de haberse colocado implantes de senos a los de 30 años. En ese sentido, considera que es una decisión muy personal que no le recomendaría a nadie, pero le molesta que algunas mujeres critiquen a otras por hacerse una cirugía estética.
Anna confesó que Ben Indra (su primer esposo) le propuso matrimonio mientras iban en camino a almorzar con un amigo que estaba de visita en la ciudad. Entraron a una tienda de relojes antiguos que también tenía joyería.
Ben vio los anillos de compromiso y le pidió a Anna que dijera cuál le gustaba, por lo que ella señaló un anillo vintage y comentó que se veía genial. Ben lo compró y se puso en una rodilla.
Esto la sorprendió y respondió que no era así como esperaba una petición de boda, pues llos solo iban por comida mexicana ese día.