Pasar tanto tiempo juntos durante el rodaje de una película por lo general crea lazos entre los actores que suelen ser para toda la vida.
Es así como entre las celebridades se van formando amistades que perduran con el paso de los años. Otras relaciones se dan antes de que los artistas alcancen la fama, es decir cuando aún son chicos.
Tal es el caso de Ben Affleck y Matt Damon, cuya amistad parece ser inmutable, a propósito de que es una relación bastante consolidada y que con el tiempo se hace más fuerte.
Matt Damon tenía 10 años y Ben Affleck contaba con 8 cuando se vieron por primera vez en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos. Sus casas estaban separadas por apenas dos cuadras de distancia.
Affleck, quien a los nueve años hizo su primera película infantil, es primo décimo de Damon a través de un antepasado común. Ambos cursaron estudios en grados distintos en Cambridge Rindge y Latin School, pero siempre se reunían en la hora de recreo y en sus tiempos libres.
Cuando culminaron la secundaria, Ben estudió en la Universidad de Vermont e hizo una especialización en contenidos de Oriente Medio, mientras que Damon pasó por las aulas de Harvard. Ninguno de los dos culminaron sus carreras y coincidieron en Los Ángeles.
Vivieron juntos un tiempo en esa ciudad, donde Ben ya tenía un tiempo alojado y tomaron clases de interpretación.
En el año 1992 trabajaron en School Ties, conocida en Latinoamérica como Código de honor, dirigido por el reconocido Robert Mande y que sirvió de tribuna para lanzar a la fama las carreras de Ben y Matt.
A partir de ese momento los actores comenzaron a participar en diversas películas. Luego en 1999 protagonizaron Dogma, película que generó polémicas por parte de seguidores de la iglesia católica por su contenido.
El éxito continuó para ambos actores, quienes escribieron y protagonizaron la película El indomable Will Hunting, que les hizo merecedor de un Oscar al mejor guion original.
Ben Affleck cuenta actualmente con 45 años de edad y Matt Damon con 47, y su amistad cada día se fortalece.
Hoy ambos recuerdan en muchas entrevistas las tantas veces que adicionaron en Nueva York y al culminar su presentación solo recibían como respuesta “Ok, gracias”, que significaba “No, gracias”. Esas experiencias aseguran que le sirvieron de aprendizaje.