La cantante española Amaia Montero se ha consolidado desde sus inicios en la Oreja de Van Gogh, iniciada en el año 1996 hasta su salida de la banda y posterior carrera solista como una de las voces más escuchadas.
Indudablemente Amaia es muy querida por sus coterráneos españoles, pero también por el resto del público de habla hispana que se ha sentido cautivado por sus canciones.
La artista ha llegado a cantar en una variedad de idiomas, en el que se incluyen además del español, el vasco, catalán, italiano, inglés y francés.
Adicionalmente, es la compositora de muchos de sus éxitos dentro de la Oreja de Van Gogh, como por ejemplo “Puedes contar conmigo” (2003) o “Mariposa” (2000), y en su carrera como solista se ha destacado por la producción de sus discos de principio a fin.
Mirá otros aspectos de su vida que probablemente desconocías:
1. Le da importancia a la numerología: Amaia Montero ha comentado que no es de realizar rituales previos a los shows, más allá de persignarse antes del inicio de uno. Sin embargo, cree en la numerología y tiene sus números favoritos, siendo estos el 2, 7 y 9. Tanto es así que luego de su primer disco como solista llamado simplemente “Amaia Montero” (2008), decidió que su segundo álbum se llamaría “2” (2011), porque es uno de sus números favoritos.
2. Prefiere aislarse para componer: a Amaia siempre le ha encantado componer, y una vez fuera de la Oreja de Van Gogh decidió emprender con su propio estilo, letras y mostrarse musicalmente tal como quería. Para escribir las canciones, ha confesado que su predilección es aislarse de todo, evitando incluso escuchar otra música.
3. La muerte de su padre ha sido su golpe más duro: una vez que decidió salir del grupo musical, prefirió volver a su hogar natal en Irún, específicamente en la casa de sus padres para estar alejada de todo, tranquila y así dedicarse a sus composiciones como solista. Lamentablemente, esto coincidió con la terrible noticia del cáncer por el que estaba atravesando su padre, quien falleció después años de enfermedad. La cantante incluso escribió una canción optimista y esperanzadora llamada 407, porque era el número de la habitación en la que su padre se encontraba internado en la clínica.