Si acaso veías la serie norteamericana Who's the Boss en los ochenta, posiblemente recuerdes un episodio algo incómodo que se enfocó en el personaje de Samantha, interpretado por la actriz Alyssa Milano.
Tony (Tony Danza) seguía siendo aquel padre adorable, con quien Sammy se sentía a gusto de pasar el rato. Pero, mientras ella maduraba tuvo otras necesidades que debían atenderse, como cubrir zonas de su cuerpo que ya florecían.
El episodio en cuestión habló de la compra de su primer corpiño, bastante vergonzoso para su padre y mucho más para la nena. El evento se dio en un punto donde la misma Milano lidiaba con sus cambios corporales, así que el tema fue un poco personal.
Gracias a sus co-estrellas, lo enfrentó con mucha gracia. El capítulo se tituló El desarrollo de Samantha. Los miembros del cast apoyaron ciento por ciento a Alyssa para que no se sintiera incómoda en el set.
“Lo grabamos en una época donde sólo podías decir en pantalla ‘sujetador’ una vez y ya. Así pasó, lo dijimos y luego los escritores intentaron descifrar cómo hacer que funcionara con palabra claves”, recordó la hermosa morocha para Entertainment Tonight.
Judith Light, quien se metió en el rol de Angela, la dueña de casa, tuvo también recuerdos de esa producción. “Siento que se les ocurrió lo mejor de lo mejor, y fue increíblemente divertido. Recuerdo a Tony decir: ‘Tengo que comprarle una prenda base’. Era gracioso por sí solo”, opinó la blonda.
El show siempre tuvo buen rating, y con ese episodio más. Claro, no aminoró la vergüenza de Milano, pues varias personas la abordaban en la calle para consultarle del tema, lo que en su momento -como preadolescente- fue demasiado.
“Caminaba afuera y me reconocían. La gente decía: ‘Vimos ese episodio del sujetador’ o ‘Te estás haciendo mayor, estás creciendo’. Era en verdad mortificante”, señaló Alyssa.
El tiempo pasó y Milano se convirtió en toda una sex simbol. Estuvo además en shows como Melrose Place en el papel de Jennifer Mancini, y en Charmed como Phoebe Halliwell. Aunque, siempre quedará en la memoria colectiva como la pequeña Samantha Micelli de ese divertido programa familiar ochentero.