El gallo es un símbolo nacional francés en camisetas, sellos y banderas, aunque su origen exacto es incierto.
En latín, “gallus” significa gallo. Durante la época romana, la región ahora llamada Francia era “Gallia”, y los romanos usaban juegos de palabras llamando a los habitantes “gallos”.
Poetas romanos hacían juegos de palabras asociando el gallo con los galos. Julio César comparó a los galos con gallos, aunque si era burla o admiración sigue siendo debatido.
EL SÍMBOLO DEL GALLO DESAPARECIÓ CON EL IMPERIO ROMANO
Según el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, el símbolo del gallo desapareció con el imperio romano y fue olvidado en la alta Edad Media.
Sin embargo, resurgió en el siglo XIV en textos alemanes para referirse a los habitantes de Francia. El gallo se popularizó en el siglo XVI, acompañando al rey de Francia en grabados y monedas.
Durante la Revolución Francesa, se adoptó como emblema, apareciendo con frecuencia sobre un cañón en platos y en el sello del Directorio.
LA OPOSICIÓN DE NAPOLEÓN
Napoleón se opuso a usar el gallo como emblema, argumentando que “el gallo no tiene fuerza para representar un imperio como Francia”.
Aunque Napoleón III también lo menospreció, para la llegada de la III República ya se había convertido en un símbolo nacional. Decoraba las rejas del parque del palacio del Elíseo.
Hoy en día, a pesar de que la República Francesa prefiere el símbolo de Marianne, el gallo sigue presente en el sello de Estado, que data de la Segunda República.
Se utiliza especialmente en el extranjero para representar a Francia, incluido como emblema deportivo.
Fuente: EP.