Hacer ejercicios es una de las recomendaciones más comunes que hacen los médicos a sus pacientes cuando se trata de cuidar su salud física y mental.
A propósito de la ventaja de darle movimiento al cuerpo, muchos experimentados aprovechan para ahondar sus conocimientos sobre la materia y adentrarse en el mundo fitness como una alternativa para alcanzar una estabilidad económica.
En los años 80, Jane Fonda era una actriz consagrada, con dos premios Oscar en la mano, por las películas Regreso sin gloria (Coming Home) y Klute o Mi pasado me condena; sin embargo, quería seguir brillando y lo consiguió al dedicarse al negocio de los gimnasios y videos de cómo mantenerse en forma, lo que además de fama le dio buenos dividendos.
En aquel entonces la actriz, quien desde los 19 años practicaba ballet hasta que se fracturó un pie, aseguró que aunque muchos podían pensar que tenía dinero, a propósito de sus logros en el cine, no era así y fue precisamente el negocio de la gimnasia el que la ayudó a crecer económicamente.
Fonda se dedicó entonces a difundir el aerobics como un sano estilo de vida, a través de la edición de videos sobre ejercicios, que fueron bien recibidos por el público, sobre todo por las amas de casa, ya que las rutinas se podían hacer desde el hogar.
En las grabaciones se observaba a Fonda vestida con trusas rosa de corte alto y calentadores de piernas, muy de moda para la época, guiando un entrenamiento aeróbico junto a un grupo de jóvenes de ambos sexos, quienes hacían todo tipo de movimiento al ritmo de la música; mientras la actriz se encargaba de animarlos, al tiempo que invitada a quienes estaban viendo la producción a no desmayar y continuar quemando la grasa.
Los famosos videos de Jane Fonda convirtieron al aerobic en una actividad popular en todo el mundo y se comercializaron 17 millones de copias. Hasta ahora su primer video es el de mayor éxito comercial de la historia.
Con los dividendos obtenidos, Fonda le pagó a su padre, el extinto actor Henry Fonda, el dinero que le prestó para comprar su casa. Mientras tanto, la actriz seguía recibiendo agradecimientos por parte de mujeres que desde sus residencias seguían sus rutinas.
Jane Fonda se convirtió en un ícono del aerobic y para muchos su cuerpo era perfecto. Hoy en día, a sus 80 años, aún mantiene una figura espectacular y en cada una de sus presentaciones en público derrocha elegancia.