Hace varios años las actrices y cantantes Miley Cyrus y Demi Lovato desarrollaron una inesperada y profunda amistad, mientras actuaban en populares shows de la cadena Disney, que les dieron el estatus de estrellas internacionales.
Estas talentosas chicas gozaban el hecho de ser promesas del canto y la actuación, pero en un momento específico su complicidad terminó sin motivos aparentes. La pelea entre Cyrus y Lovato había comenzado.
Justo cuando fuimos testigos del cambio radical en la imagen de la hija de Billy Cyrus, durante la presentación de los MTV Video Music Awards junto a Robin Thicke, Demi se atrevió a decir palabras poco afectuosas para la intérprete de Wrecking Ball, y la enemistad siguió su curso.
En una entrevista radial, cuando un fanático se pronunció sobre el roce de Miley con Demi, esta última vaciló al responder: “Oh sí, bueno, por ahora sólo somos conocidas”, lo que generó más dudas en la audiencia.
La morocha añadió que la vida y su entorno había cambiado, y que quizás en el momento no tenía nada en común con Miley, pero sí le deseaba lo mejor. Años después, supimos que la cantante de Sorry Not Sorry luchaba con sus propios demonios: el abuso de sustancias y la anorexia.
Había optado por alejarse de la sobreexpuesta imagen de Cyrus, y quiso mantener un bajo perfil en tanto pudiese transformarse en “una mejor persona”.
“Qué feliz estoy de que estemos juntas. Hemos sido amigas por siempre. Estamos entusiasmadas de estar acá en este día tan importante”, escribió Miley en su Instagram días atrás en un evento público que las reunió, y donde olvidaron sus problemas comunes.
Con ese gran paso, ¿es posible que también observemos la reconciliación entre Miley Cyrus y Selena Gómez, quien -por cierto- es gran amiga de Lovato? Aparentemente todo es posible.