Héctor Alterio se sube de nuevo a un escenario a sus 94 años con una obra escrita y dirigida por su pareja desde hace casi 60, Ángela Bacaicoa, ‘Una pequeña historia’, con la que representa su viaje de ida y vuelta a Argentina, un texto en el que no hay sombra de despedida.
“No, no, ni se me ocurre pensar en eso, que me despidan”, sentencia Alterio rotundo este miércoles, con una sonrisa en una entrevista en el Teatro Reina Victoria en Madrid donde se subirá al escenario con una obra con la que tiene prevista una gira.
“El teatro para mi es un entretenimiento, me fortalece y me reafirma, me siento como cuando de adolescente entretenía a mis amigos y jugaba con mi madre” a ser que era otro, explica el actor hispano-argentino.
‘Una pequeña historia’ nace -cuenta Bacaicoa- del deseo de algunos productores argentinos de que volviera a los escenarios de la ciudad que lo vio nacer y se le ocurrió “la idea de juntar un poco la experiencia que estaba haciendo él aquí -una obra con textos León Felipe- y su amor por los tangos”.
Un discurrir por el exilio y luego el retorno a Buenos Aires, teniendo como fondo la música del piano de Juan Esteban Cuacci.
Con el tango como hilo conductor, Alterio entremezcla sus emociones con texto de León Felipe, un autor del que se enamoró e hizo suyo, exiliado como él.
Con el sentido del humor en forma, dice que lo que más extraña en Madrid es “el tango y la radicheta”.
Con una carrera de éxito en su país, el actor se vio obligado a exiliarse cuando de gira por España le alertaron de que aparecía en una lista de la Triple A, “Supuso todo un cambio, me fui adaptando porque no tenía otra posibilidad, era la única opción de subsistencia, no tenía alternativa”, recuerda con cierta tristeza.
Sin embargo, asegura que en España encontró “manos generosas, espontáneas, inesperadas”, que le ayudaron “en momentos delicados. Eso es inolvidable para mí”.