Juegos, canciones, masa para moldear y muchas risas. Así es el escenario para la entrevista junto a Manuela Pal (34) y su hija Amparo (3 años y medio).
"Amparo no para. Tiene momentos gratos, muchos. Y también momentos de 'pataletas' e intensidad. Es muy graciosa, muy simpática y muy lúdica. Bailamos y cantamos mucho juntas. Tiene mucho carácter, sale a la madre", dice la actriz de la obra Perfectos desconocidos en el teatro Metropolitan.
-¿Cómo cambió tu vida desde el nacimiento de Amparo?
-Me cambiaron las prioridades, los horarios, te descuajeringa. Yo soy muy ordenada y, por ejemplo, cuando estoy por hacer una salida ya me tuve que acostumbrar a que justo antes de salir la tengo que cambiar y termino llegando tarde. Yo soy medio "cuadrada", estructurada y con ella estoy aprendiendo a no serlo tanto.
"Critiqué el colecho toda la vida, pero ahora es la única forma de dormir".
-Estás trabajando en el Metropolitan, que fue el mismo teatro en el que estabas actuando cuando te enteraste que ibas a ser mamá, ¿cómo recordás ese momento?
-Estaba haciendo Bajo terapia, quedé embarazada y estuve hasta el sexto mes. Mi personaje no podía tener panza, así que trabajé hasta ese momento. Casualmente cuando quedé embarazada estaba trabajando en la misma sala que estoy ahora, también con Carlos Portaluppi. Y de hecho, entré a la obra por el embarazo de Agustina Cherri. ¡O la sala o Portaluppi generan algo! Siempre hacemos chistes con eso con Carlos.
-¿Cómo te sentiste físicamente durante el embarazo?
-Tenía como una forma de "pochoclo" en el cuerpo. Yo por lo menos me sentía así. Igual me veía más linda que nunca. Fue mi mejor momento de ego. El "hormonazo" calculo que me hizo sentir así. Yo no tengo mucha "delantera" y fue lo primero que me creció así que calculo que eso habrá influido. Eso me puso en el lugar de "mina". Me sentí "tetona" y me creía atractiva. En la pareja influyó bien, todo fluyó bien. De todos modos estaba de mal humor, todo me caía mal, lloraba. Creo que fue como el cambio de ser hija única a madre. A ver... estaba re feliz de estar embarazada, siempre supe el nombre, pero estaba rayada. De a ratos me creía mil y por otros quería matar gente.
"Durante el embarazo me veía más linda que nunca. Fue mi mejor momento de ego. Yo no tengo mucha 'delantera' y fue lo primero que me creció. Me sentí 'tetona' y me creía atractiva".
-Gonzalo (Díaz Servidio, pareja y padre de Amparo), ¿cómo reaccionó?
-Aguantó lo que pudo, pobre. Está rodeado de mujeres él. Tiene dos hijas grandes, de 20 y 17 años, y estamos nosotras dos. Creo que él hubiera soñado con tener un varón porque él jugó al rugby toda la vida y eso. De todos modos hubiese sido motivo de separación porque no lo habría dejado jugar ni voy a dejar a Amparo tampoco, si alguna vez le interesa el rugby. Me encanta todo lo que genera, pero me da miedo. Gonzalo tiene la nariz destrozada, es un deporte de contacto muy duro. Yo soy cero deporte aparte...
-¿Cómo fue que decidieron el nombre de la nena?
-Siempre quise tener una hija y llamarla Amparo. Me lo criticaron mucho, por eso no hay que contar nada antes, ja, ja. Mi tía abuela se llamaba Amparo y parece que yo le gritaba desde la cuna. Para mí era muy significativo y lo convencí al padre.
-La vemos súper histriónica y ya con interés por el mundo artístico, ¿te gustaría que siga tus pasos?
-Siento que me gustaría que siga mis pasos, pero si me pudiera meter en su cabeza, haría que no. Esta carrera es difícil, es dura, llegan pocos. Entonces, si pudiera meterme en su cabeza, lo evitaría. Pero, evidentemente, sería un orgullo grande. Lo que sí sé es que le gusta mucho. Ahora empezó comedia musical y está feliz.
-¿Cómo es la relación de Amparo con tu mamá (la también actriz Graciela Pal)?
-Bueno, justamente hablando de su lado artístico, ellas cuando se ven cantan, bailan. Mi mamá le hizo el show de Cabaret (N. de la R.: la actriz es parte del elenco en el teatro Liceo) acá en el living, la fue a ver al teatro a un ensayo, aunque no es un show para niños. Amparo es muy parecida físicamente a mi mamá, si bien es muy parecida al padre también.
"Yo parí en Navidad y el 24 no lo pude pasar en familia. A las 8 ya estaba internada, es una fiaca. Mi mamá había ido a cenar a lo de mis suegros y cuando ya se venía Amparo, fue hacia la clínica y ¡empezó a vomitar en el baño! Es como que parió conmigo la ridícula. Me lo contó tres días".
-¿Cómo vivió tu mamá ver a su única hija convertirse en madre?
-Para mi mamá mi embarazo fue divino. Yo parí en Navidad y el 24 no la pude pasar en familia. A las 8 ya estaba internada, es una fiaca. Estuve todo el embarazo soñando que no nazca en Navidad. En realidad por ella, que su cumpleaños va a ser así toda la vida. Mi mamá había ido a cenar a lo de mis suegros y cuando ya se venía Amparo, fue hacia la clínica y ¡empezó a vomitar en el baño! Es como que parió conmigo la ridícula. Me lo contó tres días después porque sino la mataba. Cuando la veo, después del parto, estaba llorando. Y yo odio eso. Yo si me emociono, me emociono estando sola. Ella es emotiva total y yo no soy para nada así.
-¿Qué te emociona de tu hija?
-Mirá, por ejemplo, Amparo habla re bien pero capaz dice "pipopópamo" en vez de hipopótamo y yo me las anoto para no olvidarme después, porque me causan mucha gracia. Tengo un cuadernito que me regaló mi mamá, donde ella le anotó las canciones que le cantaba cuando era bebé. Es como un diario. Esas cosas después te las olvidás, así que me pareció muy bueno anotarlas.
-¿Cuáles son sus gustos?
-Le encanta la ropa. Ya estamos teniendo discusiones porque quiere decidir qué se pone y qué no. Y con respecto a la comida, come todo, cualquier cosa. Lo único que no le gusta es el roquefort y la carne no le copa tanto. Si hay carne y otra cosa, come todo lo otro. El choripán le encanta y la morcilla también.
-¿Qué opinás del colecho? ¿Lo practican?
-Y sí, es un horror. Lo critiqué toda la vida pero es la única forma de dormir. Su cuarto es re lindo, es lo primero que armamos cuando nos enteramos que estaba por venir y nunca sospechamos que jamás lo iba a usar. Me da bronca haber dicho durante tanto tiempo "no hay que meter a los chicos adentro de la cama". Al principio dormía en su cuna, pero después de eso nunca la pude pasar al cuarto. Lo que pasa es que hacemos las cosas mal. El otro día volvíamos de lo de mi mamá y ya estaba dormida y en vez de ponerla en su cuarto, directamente fue a nuestra cama. Las veces que lo hemos hecho, Amparo se despertó y yo no dormí en toda la noche porque me llamaba constantemente. Ahora, por ejemplo, estoy con un resfrío atroz justamente por dormir en una camita que tiene abajo de la suya en su pieza. Hay momentos en los que lo intento, como esta semana que pasó.
-¿Cómo te ves teniendo otro hijo?
-Por un lado lo pienso porque otro bebito me encantaría, pero la verdad es que en mi trabajo no tenés licencia ni nada. Volví al toque, no hubo mucho bache, pero pienso... ¿y si la próxima hay más bache y no tengo laburo? La verdad es que ahora no quiero, pero no sé qué pasará en un tiempo.
-Por ahora, entonces, estás bastante atareada en tu casa con Amparo y también vemos a Apu, el perro de la familia.
-Sí, él es muy importante también para nosotros. Era de Gonzalo. Y así como él tenía a Apu, yo tenía a Guapo. Amparo lo conoció pero ya no está, y ella ya sabe que está en una nubecita. No puedo creer cómo lo recuerda y cuando ve otros perros de esa raza me dice "mirá, mamá, el hermano de Guapo"...