En un piso altísimo de una coqueta torre de Puerto Madero nos recibe. La primera imagen: un living blanco, impoluto, con detalles exclusivos que lo adornan.
De pronto aparece Ailén Bechara (28) con una gran sonrisa para romper esa especie de palacio millennial. Luce un vestido rojo corto, elegante pero canchero, chatitas. Y lo mejor: en sus brazos, se encuentra Francisco, su primer hijo, que nació el 20 de junio pasado.
Con una boca calcada a la de su mamá, mismo gesto de felicidad en su rostro y ojos expresivos, el bebé se vuelve el centro de la escena a base de muecas e historias contadas por la modelo.
"Hace poco era tan bebito, tan chiquito", rememora Ailén. En la charla, surge el nombre propio de su pueblo natal, Darregueira (10 mil habitantes, en la provincia de Buenos Aires en el límite con La Pampa) del que llegó hace casi una década con todo lo que fue juntando desde que estaba en la escuela y que, por esas cosas del destino, no pudieron convertirse en parte de su casa tras un accidente que sufrió el camión que las trasladaba.
"Mi vida cambió toda. Obviamente cambiaron mis prioridades, mi trabajo. Cada vez que tengo que pensar en algo para hacer, automáticamente pienso en Francisco. No me imagino mi vida sin él. Hasta que uno no es padre no lo siente".
Hoy la realidad de Ailén es otra. Vive cómodamente en una de las zonas más exclusivas de la Argentina, está en pareja hace poco más de dos años con Agustín Jiménez (32) y, según ella misma reconoce, su vida cambió por completo con la llega de Fran.
Así, les damos la bienvenida a #ExpertxsEnPañales, la sección de Ciudad en la que los famosos abren la puerta de su casa y muestran parte de su intimidad familiar, y en la que Ailén mostrará su costado más íntimo junto a su bebé...
-¿Cómo ves el paso del tiempo en Francisco, qué cambios notás respecto de ese bebito tan chiquito que describías?
-Ahora ya se ríe a carcajadas, se comunica, se expresa. También se babea todo porque le están por salir los dientitos, ja.
-¿Qué nos podés contar respecto de su personalidad?
-Durante el día le cuesta dormir un montón porque es como la madre, ¡a mí tampoco me gusta la siesta! Y de noche, la verdad que no me puedo quejar, tira 9 ó 10 horas. Eso sí, al lado mío en la cama porque si lo llego a apoyar en la cuna, se despierta.
-¿Colecho?
-Por ahora, colecho a full. Así que lo pongo al lado mío, en el medio de la cama y sigue durmiendo como un rey.
-¿Cómo te manejás con el tema de su alimentación?
-Por ahora toma solo leche, es lactante (N. de la R.: al momento de la nota, Francisco tenía cinco meses). Toma sus mamaderas un montón y yo le doy también la teta pero no tengo mucha leche. De todos modos no quiero cortarlo porque es como mi momento con él. Ya nos estamos preparando para las primeras comidas; tiene su mesita, el babero, todo. La pediatra ya me dio todas las indicaciones: calabaza, manzana, banana. Y me avisó: "Mirá que son rodajitas lo que comen, eh y la mayoría lo tiran".
"Estoy enamorada de mi hijito. Siento cómo me mira. A veces me estoy cambiando y veo que me mira de reojo, me espía, ¡es amor genuino total!" .
-¿Cuál de todos sus chiches es su favorito? ¿Cómo se entretiene Fran?
-Tiene un muñeco de un pez que es su favorito, también ama a un pulpo... Otra cosa que me pasó es que yo no quería ponerle dibujitos ni tele, pero un domingo yo estaba sola, desesperada, no podía hacer nada para calmarlo porque lloraba muchísimo. Él tenía un mes y medio, entonces se me ocurrió ponerle los dibujitos y fue santo remedio. Así que por este medio quiero agradecer a La granja de Zenón, creo que todas las madres los amamos.
-¿Cómo cambiaste vos desde que fuiste mamá?
-Mirá, yo nunca en mi vida me había puesto a jugar con niños, no tenía ese feeling. Y de pronto me vi cantando para dormirlo, cualquier cosa, inventando canciones. El otro día se me dio por bailar folclore, él se mataba de risa. Mi vida cambió toda. Obviamente cambiaron mis prioridades, mi trabajo. Cada vez que tengo que pensar en algo para hacer, automáticamente pienso en Francisco. No me imagino mi vida sin él. Me cambió la vida para bien, obviamente. Soy más feliz, él lo representa todo. Hasta que uno no es padre no lo siente. Estoy enamorada de mi hijito. Siento cómo me mira. A veces me estoy cambiando y veo que me mira de reojo, me espía, ¡es amor genuino total!
Fotos: Musepic
Videos y edición: Leandro Bevilacqua