Mientras que el resto de familias reales de Europa se viste con ropa informal o con trajes elegantes pero sobrios para sus “christmas”; la de Mónaco mantiene la sofisticación con trajes de fiesta, capas de gala y brillos.
En esta ocasión, Alberto y Charlène de Mónaco han cumplido la tradición que llevan siguiendo desde hace unos años de aparecer los cuatro juntos en su felicitación navideña. Esta vez los mellizos no han tenido más protagonismo que el que la propia imagen les otorga.
La fotografía ha sido publicada en primicia este martes por la revista Point du Vue, que ha desvelado la decoración navideña con la que este año han querido revestir el palacio Grimaldi.
Una puesta en escena de lo más invernal con tonos fríos y el azul y el blanco como colores absolutamente protagonistas: desde los adornos del árbol, hasta los atuendos de Charlène y la pequeña Gabriella, pasando incluso por el suelo o las cortinas. Los discretos detalles dorados de las paredes y de algunas bolas aportan un plus en sofisticación a la tarjeta navideña.
Vemos a Charlène sin su nueva estética ‘punk’ y convertida en una princesa de cuento. Aunque es probable que la fotografía se tomara antes que se hiciera ese radical corte de pelo, de haber sido después, el rapado con el que sorprendió al mundo la semana pasada es muy fácil de esconder: basta con hacer la raya del pelo ligeramente más centrada y colocar la parte del pelo que queda en ese lado por encima del rapado.
En la imagen luce un vestido fantasía al más puro estilo Frozen, en azul celeste, con mangas transparentes de tul, cuello redondo y ajustado a la cintura. El detalle que marca la diferencia de la prenda firmada por Ralph & Russo son las plumas negras dibujadas sobre la prenda en un efecto semitransparente. Un estilismo que nos ha dejado claro que la princesa monegasca puede cambiar de un estilo a otro con naturalidad y triunfar por el camino.
Fuente: revistavanityfair.es