Desde que la CBS emitiera en horario de máxima audiencia la entrevista que Meghan Markle y el príncipe Harry han concedido a Oprah Winfrey, no se ha hablado de otra cosa en Reino Unido. Por eso, la primera aparición pública del príncipe Guillermo y Kate Middleton era especialmente significativa, principalmente porque se convirtieron en protagonistas de la intervención televisiva, seguramente muy a su pesar.
Aunque para respetar las restricciones sanitarias ya no se anuncian sus compromisos con tanta antelación como antes, la prensa especializada sí sabía que los Cambridge visitarían este jueves una escuela, con motivo de la reapertura de los centros educativos. Pero lo que seguramente no esperaban es que el príncipe se pronunciara sobre la entrevista, con una tajante frase: "No somos una familia racista".
El príncipe Guillermo se convierte así en el primer miembro de la familia real en hablar abiertamente sobre la polémica entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry, en la que se trató de la distancia que hay ahora entre los dos hermanos, del conflicto que tuvieron las dos cuñadas o de cómo el duque de Sussex siente lástima al ver "atrapados" a su padre y su hermano.
Ya la duquesa de Cambridge reaparecía el mismo lunes, aunque de forma virtual, mientras que su suegro, el príncipe Carlos, lo hacía el martes de forma presencial. Los periodistas sí tuvieron oportunidad de preguntar al príncipe de Gales por la intervención televisiva de su hijo pequeño, pero la respuesta fue la esperada: silencio absoluto.
Quizá por eso ha sorprendido que el príncipe Guillermo sí se haya pronunciado este jueves sobre esta entrevista, que ha dejado en una posición tan incómoda a la familia real. El duque de Cambridge ha sido escueto, pero no ha hecho falta que dijera mucho más para saber que no le ha gustado nada todo lo que su hermano y su cuñada contaron a Oprah Winfrey.
Los periodistas que cubrían la visita de la pareja a School 21, un centro educativo de Londres, le han preguntado si ha hablado ya con el príncipe Harry: "No he hablado todavía, pero lo haré". Y, por supuesto, no han querido pasar por alto las acusaciones de racismo que los Sussex dejaron encima de la mesa, ante las que el futuro heredero se ha defendido de forma muy tajante ante los medios: "No somos una familia racista".
Unas cuantas palabras, pero quizá mucho más significativas que el tibio comunicado enviado por el Palacio de Buckingham el pasado martes, en el que decía que las "cuestiones planteadas, especialmente la racial", eran preocupantes, pero sin desmentir ninguna de ellas y matizando que se tratarían en privado. Así que parece que al príncipe Guillermo sí le ha afectado esta cuestión y ha querido dejar muy claro su pensamiento al respecto, con un enfoque de la entrevista mucho más duro -al menos de forma pública- que el adoptado por la reina Isabel.
Por su parte, Kate Middleton ha preferido mantenerse en absoluto silencio, dejando todas las explicaciones a su marido, a pesar de que ha sido una de las grandes damnificadas de la intervención televisiva de sus cuñados.
Fuente: vanitatis.elconfidencial.com