Días atrás, se conocía la noticia de que el rey Juan Carlos había ingresado en un hospital de Abu Dabi por Covid-19. Una información que luego de generar preocupación fue negada por la Casa Real. El Rey emérito se encuentra bien y no ha contraído coronavirus.
Hace unos meses, unas inocentes declaraciones de su hermana, la infanta Margarita, confirmaban que el monarca emérito estaba tomando todas las precauciones necesarias para minimizar el riesgo de contagio. Y no es para menos.
Aunque algunas no han sido de gravedad, las numerosas operaciones a las que se ha sometido y los diferentes problemas de salud por los que ha pasado le colocan en el grupo de los más vulnerables en el caso de que se infectara de coronavirus.
Su relación con los quirófanos viene de lejos, nada menos que de 1954, año en que fue intervenido por una apendicitis en Tánger, cuando contaba solo con 16 años. Décadas después, su afición por el deporte hizo que pasara en varias ocasiones por los hospitales, sobre todo para solucionarle lesiones derivadas de caídas. Pero ha sido en las dos últimas décadas cuando sus visitas han sido más frecuentes y preocupantes.
En 2010 empezaba su particular maratón hospitalaria, cuando le fue extirpado un nódulo en el pulmón derecho que, al menos que se haya sabido, no le ha vuelto a dar problemas. En 2011 tuvo que pasar otras dos veces por quirófano.
La primera, para revertir una rotura en el tendón de Aquiles. La segunda, tres meses después, para implantarle una prótesis en la rodilla derecha: era la primera operación de muchas derivadas de sus problemas de artrosis.
Fue un año después cuando tuvo lugar la intervención quirúrgica más importante, aunque no precisamente por cuestiones médicas. Juan Carlos se rompía la cadera durante su polémico viaje a Botsuana, acompañado de su entonces amiga Corinna.
Se habló más de aquel famoso “lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir”, que pronunció al salir de la clínica, que de la operación y de la salud del entonces Rey. El doctor Villamor le implantó en la operación una prótesis en la cadera derecha, también afectada por la artrosis, y arregló la triple fractura que había tenido en la articulación a consecuencia de la caída.
Desde entonces, las entradas y salidas de los quirófanos han sido constantes: reemplazo de prótesis, luxaciones o hernias no le han dado respiro. Solo dos semanas después, el mismo equipo médico tuvo que solventar en el quirófano una luxación, al desajustarse la prótesis de cadera recién colocada por un mal movimiento durante una audiencia concedida en Zarzuela al ministro emiratí de Asuntos Exteriores.
En noviembre de ese mismo año, Villamor le implantaba otra prótesis, esta vez en la cadera izquierda, también desgastada por la artrosis. Y solo tres meses después, también se tuvo que solucionar en ella un problema de luxación.
Además, este implante acabó provocándole una infección, por lo que tuvo que ser sustituido por otro en septiembre de 2013. Era la segunda operación de ese año: solo seis meses antes se había sometido a otra intervención, esta vez en la clínica La Milagrosa, para que le fueran extirpados dos segmentos herniados del disco en la zona lumbo-sacra de la columna vertebral.
Juan Carlos pudo tener un respiro de esta particular maratón hospitalaria hasta abril de 2018, cuando le tocaba una operación para sustituirle la prótesis artificial que se le había implantado en la rodilla derecha en junio de 2011 por el traumatólogo Ángel Villamor.
También en abril, pero de 2019, volvía a ser intervenido para eliminarle un carcinoma basocelular, un tipo de cáncer de piel. Un problema de salud del que Zarzuela informó cuando una aparición del monarca con hematomas en la cara hizo saltar todas las alarmas.
No acaban aquí sus visitas a los quirófanos. El pasado agosto, la familia real daba por finalizadas las vacaciones cuando reaparecía para visitarlo en la clínica Quirón, después de que fuera operado a corazón abierto para implantarle tres bypass aortocoronarios.
Aunque era una intervención programada tres meses antes para evitar problemas cardiovasculares, es la cirugía que coloca al rey Juan Carlos directamente en el grupo de riesgo , por tanto, la que más preocupa a su familia.
Fuente: vanitatis.elconfidencial.com