La noticia de que el juez había dado la razón a Delphine Boel reconociéndola como hija biológica del rey Alberto de Bélgica ha provocado un efecto dominó en otras monarquías.
Y es que a las pocas semanas, Ingrid Sartius y Albert Solà reclamaron de nuevo que el rey Juan Carlos se someta a las pruebas de ADN para aclarar si es verdaderamente su progenitor, algo que ellos reclaman desde hace años. Pero si hablamos de hijos ilegítimos, el que siempre se lleva la peor parte es Alberto de Mónaco.
El soberano monegasco ya reconoció a dos hijos hace años, Jazmín Grace y Alexander, pero ahora son otros dos los que aseguran que el príncipe es su padre. Fue la revista alemana Bunte la que descubrió que una chica de 15 años de origen brasileño quiere llevar a juicio a Alberto para que se someta a las pruebas genéticas que determinen si, como ella cree, es su verdadero progenitor.
La joven de Brasil habría nacido de la supuesta relación que mantuvo el príncipe con una mujer brasileña durante unas semanas del año 2004, cuando aún no era el soberano del principado, sino el heredero. Alberto de Mónaco conocía a la madre de su supuesta hija -a la que llaman Marzia para preservar su anonimato- cuando ella tenía solo 18 años.
Natural de Sâo Paulo, viajó a Río de Janeiro. Fue allí, en septiembre de 2004, cuando tuvo su primer encuentro con el príncipe en una discoteca.
Se la presentaron como diplomática y abogada de Canadá que estaba en viaje de negocios, una historia incierta, pero de la que Alberto no dudó. A partir de ahí, siempre según el contenido de la demanda, comenzaron las charlas vía SMS y teléfono, hasta que Alberto pide a Marzia que lo acompañara de viaje, algo a lo que accedió.
De regreso a Brasil continuaron su relación por teléfono y correo electrónico. Es la misma vía que supuestamente la brasileña utilizó para decirle que se había quedado embarazada y, meses después, para informarle del nacimiento de la niña, momento en el que la comunicación se interrumpió de repente.
Fue la supuesta hija de Alberto de Mónaco la que, hace ocho meses, averiguaba quién podría ser su padre, ya que descubrió una foto de su madre junto a él, realizada en las mismas fechas en las que pudo ser concebida. A partir de ahí, arranca el proceso legal para que el príncipe reconozca la paternidad.
El abogado Erich Grimaldi mandaba hace unas semanas una carta confidencial al príncipe Alberto. La respuesta le llegó del propio abogado del soberano, Thierry Lacoste: “Las acusaciones son ridículas. Eso es chantaje”.
Aprovechando que se ha vuelto a abrir el tema de los hijos ilegítimos de Alberto, Daniel Fiedler ha regresado a la primera plana. A algunos quizás les suene este nombre, ya que hace años Fiedler ya luchó en los juzgados para que se reconociera que tiene sangre azul, pero la cosa no le salió bien.
Sin embargo, conocedor de la demanda de la joven brasileña, ha decidido salir a la palestra para que su historia vuelva a la actualidad. Fiedler ha contado a la revista italiana 'Oggi' que él es fruto de una noche de pasión del soberano con su madre, una estrella alemana llamada Bea Fiedler, en octubre de 1986.
Según asegura, el príncipe mantuvo relaciones esporádicas con su madre en el lujoso hotel Vier Jahreszeiten de Múnich. “Estoy al 99% seguro de que Alberto es mi padre, pero, lamentablemente, nunca he conseguido que un tribunal respalde mi solicitud de una prueba de paternidad”, afirma Daniel.
En 1992, Alberto accedió a hacerse la prueba de ADN para comprobar si verdaderamente era el padre de la criatura, y el resultado fue negativo. Sin embargo, el tribunal no pudo descartar ni admitir la paternidad, porque no hubo testigos de cuándo y cómo se cogió esa muestra.
Realmente no pudo confirmarse si era del príncipe o no, por lo que el proceso no continuó. Ahora Daniel quiere luchar de nuevo por lo que él considera sus derechos.
Los dos reconocidos
Jazmín Grace es fruto de una breve relación que Alberto de Mónaco mantuvo con la azafata Tamara Rotolo. Esta camarera estadounidense decidió escaparse junto a unas amigas a la Costa Azul tras haber sufrido un difícil divorcio.
Allí, durante un partido de tenis, conoció a Alberto de Mónaco, que entonces contaba con 33 años y era uno de los príncipes solteros más deseados. Su relación duró apenas dos semanas, ya que Rotolo se volvió a Estados Unidos, pero de ese affaire nació Jazmín Grace.
En un primer momento, Alberto desmintió ser el padre de la niña y se negó a pagar la pensión alimenticia que se le pedía. Sin embargo, en 2006, decidió aceptar la paternidad de la joven y le dio sus apellidos.
Por su parte, Alexandre nació de la relación del príncipe monegasco con la azafata togolesa Nicole Coste, a quien conoció en un vuelo de Air France, compañía aérea para la que trabajaba. Surgió entonces una relación que duró seis años hasta que, al parecer, el príncipe Rainiero le pidió que pusieran punto y final a su historia de amor.
Aunque el príncipe Alberto de Mónaco se hizo responsable financieramente de su hijo, no lo reconoció legalmente hasta 2005, después de que Nicole Coste decidiera hacer pública su situación en los medios.
Fuente: vanitatis.elconfidencial.com