Como si hubiera vivido varias vidas dentro de una misma, Andrea Ghidone (41) alcanzó un equilibrio ideal en todos los ámbitos, después de haber pasado por momentos duros. La vedette, que alcanzó la fama al destarse en las revistas de Carmen Barbieri, padeció violencia de género por parte de su padre durante su juventud, y más acá en el tiempo por parte de algunas parejas.
Madre luchadora, hace ocho años tuvo que batallar en la Justicia para lograr la tenencia definitiva de su hija, Natacha (13), tras su divorcio de Gabriel Delmonte, y hace cinco años vivió otro episodio traumático, cuando la niñera que cuidaba a su pequeña fue denunciada por colaborar en el robo que se concretó en su casa, en medio del cual la menor fue atada.
“Lo que pasé en mi vida me hizo quien soy hoy. Cometí muchos errores, pero no me arrepiento de ninguno".
Con todas esas tétricas experiencias sobre su lomo, Andrea reflexionó en una charla íntima ante Ciudad: “Lo que pasé en mi vida me hizo quien soy hoy. Cometí muchos errores, pero no me arrepiento de ninguno. Hay muchas cosas que cambiaría si pudiera volver a nacer, pero no creo que pueda”. Por eso, Ghidone hoy se planta firme y orgullosa como productora y protagonista de Madame Tango, show que presenta viernes y sábados a las 19.30 horas en el teatro Astral (en sus últimas cinco funciones), y además tiene otros dos espectáculos en las gateras.
Exestudiante de Ciencias Económicas y Educación Física, carreras que no alcanzó a concluir, reconoció el aporte fundamental que implicaron para su exitoso presente: “De mi mamá heredé todo el gusto por el movimiento, por el arte y la danza. Mi papá quería que sea contadora y a mí eso no me gustaba, pero me encantaba la economía. Era una etapa en la que tenía más ganas de hacer política que economía y al final me tiraron las plumas. Pero creo que algo de lo que aprendí en la facultad me ayudó. Siempre tuve el objetivo de crecer, formar mi propia empresa. Mi padre me enseñó a tener mi independencia económica y laboral para no depender de que me den trabajo. Pasa que cuando llegué a Buenos Aires primero necesitaba afianzarme, tener un nombre y recién después lanzarme a armar mi propio show”.
La sorprendente faceta empresaria de Andrea además la hace feliz por partida doble. "Me parece increíble estar convocando a cástings para mi compañía. Busco artistas que puedan hacer más de una disciplina con el tango. La única condición para trabajar conmigo es ser amantes del tango como todos los que estamos en este proyecto", expresó Andrea, tras posar como una auténtica tanguera para una producción de fotos exclusiva de este sitio.
"La única condición para trabajar conmigo es ser amantes del tango como todos los que estamos en este proyecto".
-¿Cómo te llevas con tu rol de empresaria teatral?
-Me siento feliz porque la verdad es que no me imaginaba tanto, estoy abocada a dos proyectos nuevos para el año que viene, y me parecen propuestas hermosas dado lo que hay en cartelera. Son dos proyectos que me llevaron muchos años bajarlos y concretarlos. En el proceso no entendía por qué me pasaba, pero después poco a poco te das cuenta de que las cosas se dan en el momento justo. Hoy estoy disfrutándolo, esa es mi consigna. Nos pasó que contagiamos nuestro amor al tango, y que el público nos responda de la manera en que lo hace es el gran premio de tantos años de trabajar en silencio, buscar otras cosas y saber que a la larga los sueños se hacen realidad.
-Es un gran desafío el que encarás y tenés muchas responsabilidades.
-Sí. Coordino ocho áreas en total, como vestuario, escenografía, coreografía y producción. Todo lo que forma parte de un equipo, además de manejar a los artistas. Tengo el cerebro bastante organizado, porque como digo, cuando tenés organizadas las emociones, el cerebro se enfoca en cosas lindas.
-Por suerte tenés a tu pareja a la par tuya para repartir algunas tareas…
-Sí, y es productor. Hace ya casi dos años que estamos juntos. Arrancamos produciendo un espectáculo chiquito dentro de lo que yo ya hacía en la ciudad, y nos enamoramos. Ahí decidimos crecer en esto porque los dos nos sentíamos bien. Manejábamos los gustos y lo que teníamos que hacer. Todo fue muy fácil, sin buscarlo, fluyó todo. Además, me encantó que esto se haya convertido en un negocio para él, que no es del palo. Por mi propia experiencia lo primero de lo que me aseguré es que sea una persona seria, con convicciones similares a lo que quiero hacer, que se ponga en el mismo lugar. Porque el rubro de la producción está un poco desgastado, pasan cosas raras y está buenísimo que sea todo súper transparente y que la gerenta sea yo, que no haya fantasmas atrás.
-¿Cómo lo conociste?
-Me lo presentó un amigo. No tiene hijos, pero debo decir que es un compañerazo, porque entiende absolutamente a mi hija, Natacha, y eso hace que lo ame todavía más y que lo elija. Yo vivo con mi mamá y con mi hija, en mi casa convivimos tres generaciones y es un combo explosivo. Por eso le dije por su salud mental que se mantenga en su casa ja ja.
-¿Cómo logran separar la pareja de las naturales discusiones?
-Fue tremendo. Afrontamos un desafío enorme porque en lo laboral chocábamos muchísimo, soy una persona que tiene convicciones firmes, y esos cruces nos afectaban a nivel personal. Hasta que un día nos planteamos la separación laboral y a la vez seguir como pareja, porque ahí no había problemas. Pero pudimos resolverlo juntos de una linda manera, aceptando al otro tal cuál es sin esperar nada y fue un gran aprendizaje. Entendí que en lo personal éramos de una forma y en lo laboral, de otra. A mí me pareció lindo poder entendernos en lo laboral sin discusiones, sabiendo que los dos en el fondo queríamos lo mismo, que el producto triunfe y nos vaya bien. Era tonto no ponernos de acuerdo. Ahí nació Modo Tango, una casa exclusivamente de tango, ahí van a pasar cosas y va a ser toda una experiencia. Es un proyecto que tenía hace tiempo y encontramos el lugar indicado en el que tenía que ser.
"Afrontamos un desafío enorme porque en lo laboral chocábamos muchísimo, soy una persona que tiene convicciones firmes, y esos cruces nos afectaban a nivel personal. Hasta que un día nos planteamos la separación laboral y a la vez seguir como pareja porque ahí no había problemas.Pero pudimos resolverlo juntos de una linda manera".
-A esta altura, ¿te sentís respetada como una productora más por el resto de tus pares?
-No, no… Quiero decir que yo soy lo que soy, de la vedette llegué a mujer empresaria, una artista que está por producir un espectáculo que va a sorprender. Pero no pido el respeto de los productores que tienen años de trayectoria por esto que tengo yo. Hace 11 años que estoy trabajando incansablemente, con mucho amor y respeto. Aprendí de todos los productores y cualquier crítica que me puedan hacer la entiendo como parte de un proceso del que estoy haciendo. Me puedo equivocar muchísimo, por supuesto, y el que no se equivoque que tire la primera piedra.
"Si no me quieren dar el teatro se van a perder una producción hermosa que compite de igual a igual con muchos musicales. Ya no hay que discriminar más, estamos casi en 2020, es momento de cambiar los formatos porque sino no se avanza".
-¿Cómo fue tu trato con Carlos Rottemberg?
-Me junté con él hace poco y me pareció muy lindo que ya conociera mi espectáculo, sabía lo que hacía, tenía información porque estas cosas trascienden. Yo le mostré que teníamos el espectáculo hace un año y que estamos siempre en el top 10 de los shows más vistos del circuito teatral de Buenos Aires. ¿A qué empresario no le interesaría que le asegure un mínimo de venta de entradas? Yo me comprometo en mi parte y él, en la suya. Por suerte tengo las puertas abiertas de todas las salas por las que pasé, y para mí no es poca cosa. Es un montón para una vedetonga que cruzó el charco y era apenas un destaque dentro de una obra de Carmen. Las cosas en la vida tienen un recorrido y sustento, yo antes llevaba ocho años trabajando en Uruguay. Sé que soy del palo y que no soy un ave de paso. Por eso le pongo toda la dedicación y busco al mejor equipo trabajando para lo mío. Y si no me quieren dar el teatro se van a perder una producción hermosa que compite de igual a igual con muchos musicales. Ya no hay que discriminar más, estamos casi en 2020, es momento de cambiar los formatos porque sino no se avanza. Es un poco lo que reclamamos las mujeres, que nos den el lugar".
-¿Qué recaudos tomás para que no te pase como a Nazarena Vélez o Florencia de la Ve, que saltaron de la actuación a la producción y tuvieron malas experiencias?
-Trabajo muy de cerca con mi contadora absolutamente en todo. Así sé que tengo todo impecable, prolijo. Aprendí a conservar lo que tengo porque de verdad me costó un montón y no lo pondría en riesgo por nada del mundo. Después, hay que confiar y que sea lo que Dios quiera. Y si tuvieramos la certeza de que tendríamos la rentabilidad asegurada sería muy fácil producir. Uno puede tener un grupo que conoce y hacer una movida, y el tango me permite que pueda vender el espectáculo en agencias de turismo o todo lo que pueda generar. Es un espectáculo apto para toda la familia. Desde ahí es que posiciono el producto, con los canales de difusión, publicidad, redes sociales y todo lo que se pueda hacer para potenciarlo. Pero siempre hay un riesgo.
"Trabajo muy de cerca con mi contadora absolutamente en todo. Así sé que tengo todo impecable, prolijo. Aprendí a conservar lo que tengo porque de verdad me costó un montón y no lo pondría en riesgo por nada del mundo".
-¿El Bailando es una etapa cerrada para vos?
-No, es una etapa que siempre está. Ahora tengo mi energía en esto, pero cuando estuve en la pista la pasé genial. Trabajo en el espectáculo y para mí es importante saber que uno puede volver a cualquier lado, que tiene las puertas abiertas.
-Mora Godoy también hace un espectáculo de tango que vende en China y con el que hasta bailó con Barack Obama. ¿Sos de ir a verla a ella o a otros dentro del mismo rubro para tomar ideas y mejorar?
-Pasa que mi espectáculo es muy personal. Es una historia de amor entre el tango y yo, y Mora hace Tango for export, que tiene que ver con otra historia, con un mayor número de bailarines. Lo mío va por otro lugar y no es que necesito mirarla para ver qué hacer en mi próxima puesta. Tampoco lo iría a ver, no porque me falten ganas, sino por falta de tiempo. Pero me encantaría ir a verla y aplaudirla. Me parece que tiene un montón de cosas para aplaudir de pie. A su vez, me encantaría que Mora venga a ver nuestros espectáculos, porque tiene cosas lindas para ver.
Fotos: Musepic
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff
Maquilló: Matías Fadiga
Peinó: Fran Canosa
Vestuario: Gustavo Calandra – Claudio Hock
Locación: Patios de San Telmo / Chacabuco 752 / IG: @patiosdesantelmo
Agradecimientos: Florencia La Rose