La mini luna de miel de Paz Cornú (40) y Diego Orden (31) en Río de Janeiro dejó variadas postales playeras y no tanto. A nueve meses de iniciada la relación de pareja, la diseñadora de modas y el contador consolidaron un romance que arrancó como vínculo laboral.
Así es que a orillas de la mítica playa de Ipanema la empresaria de indumentaria femenina y el contador combinaron descanso, trabajo y fogosidad. Tal como lo dejaron al descubierto las divertidas fotos de Paz y Diego en la que hacen poses acrobáticas tanto en la fina arena brasileña como en la habitación del hotel. “¡Tengo habilidades! Igual, en la foto se ve la parte linda, porque me caí varias veces. Con Diego tenemos mucha sincronía, aparte me escucha porque soy muy exigente. No frené hasta no lograr esas fotos tan copadas en la playa y en la cama", bromeó Cornú en diálogo con Ciudad.
-Se los ve que son muy creativos en las fotos. ¿Esa mismo ingenio la trasladan a la hora de la intimidad?
-Ja, ja. Mis amigas me preguntaron si practicamos el Kamasutra. Yo no tengo prejuicio de nada, y soy muy flexible porque hice danza clásica. Pero prefiero las poses tradicionales, las cómodas. Eso de hacer fuerza y equilibrio con Diego me gusta como un desafío personal nada más. Pasa que soy instructora de yoga y me gusta hacerme desafíos personales, pero en la intimidad se complica más.
-Falta poco para que cumplan un año juntos. ¿Mantienen intacta la fogosidad?
-Sí. Cuando una está bien en todo sentido, no solo a nivel pasional, sino en cuanto a la unión, el compromiso, el compañerismo y todo eso, la fogosidad está siempre. Por eso es casi milagrosa la relación, porque si uno se lleva mal es un infierno, pero al llevarnos bien es todo cada vez mejor. Es el cielo, nos llevamos bien y es el paraíso. Llega sola la persona que a uno le cierra por todos lados y con la cual no hay que esforzarse para que las cosas funcionen. Esto se dio naturalmente.
-Tus hijos, Milán (3) e Italo (2), se quedaron en la Argentina. ¿En Río buscaron un hermanito para ellos?
-No. Por ahora estamos muy bien así, pasándola bien y compartiendo cosas que no me habían pasado antes. Este viaje estuvo buenísmo, porque al empezar a compartir más tiempo uno puede llevarse peor, pero en nuestro caso nos llevamos mejor. Con Diego me pasa algo mágico y es que no sé cómo hago para llevarme tan bien. Pero sucede, es casi milagroso y estoy agradecida, pero no planifico mucho porque estoy tranquila con el fluir de las cosas. Tampoco podrían ocurrir “accidentes” porque nos cuidamos. Además, no es algo que ahora le preocupe a Diego, pero imagino que él va a querer ser padre en algún momento porque no tiene hijos.
-¿El casamiento también es lejano?
-Qué se yo… Cuando uno se lleva tan bien, esas cosas no dan miedo. Pero la verdad es que después de pasar una relación larga, ahora estoy enfocada en el presente. También, en el negocio, porque con Diego estamos trabajando juntos y hay muchas cosas para hacer que son más prioritarias. Por ejemplo, vamos a preparar los vestuarios de Jimena Barón, Mica Viciconte y Sol Pérez para su debut en el Bailando. Mientras él se ocupa de la parte comercial, yo me enfoco en el diseño. Somos complementarios en la vida y en lo profesional, porque antes hacía todo sola y Diego es una gran ayuda.