Ayer a la noche, la historia de la desaparición de Lucas Rebolini, el hijo de Antonio GRimau y Leonor Manso, tuvo el peor final. El joven era buscado por su familia desde el 22 de febrero, pero había muerto el 10 de febrero en el Hospital Fernández y como no tenía documentos encima fue ingresado allí y a la morgue como NN.
Luego de haberlo identificado, los padres de Lucas decidieron posponer el velatorio, previsto para hoy a la mañana, para hoy a la tarde y así poder realizarle una nueva autopsia.
Por eso, en vez de comenzar a las 9, el velorio del joven de 36 años comenzará a la tarde en la sala de la Cochería Zuccotti ubicada en Córdoba y Thames, en Palermo.
La dramática historia de Lucas comenzó el 6 de febrero a la madrugada, en Palermo.
Según testigos, cerca de la 1 y en medio de una lluvia torrencial, el hijo de los actores salió a la calle desnudo y gritando "soy Dios, soy Dios". Ante esta situación, un vecino llamó al 911 y rápidamente fueron al lugar policías de la comisaría 53 y una ambulancia del Same que lo trasladó al Hospital Fernández.
Según el informe de la Fiscalía, el joven "permaneció internado en terapia intensiva y sin recuperar su conocimiento. Finalmente se produjo su deceso el 10 de febrero a las 9.15, por insuficiencia respiratoria y paro cardíaco".
Además, las fuentes médicas a las que Clarín tuvo acceso relevaron que el fallecimiento se produjo por una "neumopatía" (una afección grave en los pulmones) y que "a esa situación se había llegado por una intoxicación severa por consumo de cocaína".