“Aprender a trabajar sin inhibiciones y sin miedo al error” es uno de los objetivos que el argentino Gustavo Santaolalla, ganador de dos premios Óscar por sus bandas sonoras, quiere trasladar en un curso que imparte en la escuela TAI de Madrid.
El compositor define este proyecto como una forma de mostrar una “conexión profunda entre imagen, sonido y música” a partir de la creación de cortometrajes inspirados por pasajes sonoros e imágenes registrados en lugares característicos de Madrid. El Parque del Retiro, el Mercado de la Cebada o el Palacio de Correos se han convertido así estos días en fuente de inspiración de jóvenes creadores, una idea que Santaolalla tenía en mente desde hacía tiempo y para el que finalmente consiguió el “apoyo” de la escuela madrileña.
La “contemplación y el silencio” forman parte del modo de trabajar del músico como algo “orgánico”, un punto de partida para desarrollar su trabajo y sus enseñanzas. Así define él mismo su carrera como compositor de bandas sonoras.
“Siempre me interesó mucho la producción, así que todo nació de manera muy orgánica, era algo que estaba dentro de mí”, comenta respecto a sus orígenes en el cine.
Para Santaolalla, este es un arte que se ajusta a su forma de trabajar, consistente en componer la música sobre el guion, en lugar de sobre secuencias ya rodadas, y que además le ha reportado “unas satisfacciones increíbles”.