La venta de medicamentos sin eficacia probada contra el coronavirus, como la hidroxicloroquina, cuyo uso defiende el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se dispararon el año pasado en el país, según un informe divulgado este jueves.
El estudio, publicado por el portal G1 con datos del Consejo Federal de Farmacia (CFF), muestra que las ventas de hidroxicloroquina se duplicaron desde las 963.596 unidades en 2019, hasta los 2,02 millones en 2020.
La hidroxicloroquina es un fármaco usado tradicionalmente contra la malaria y otras dolencias, pero cuya efectividad no ha sido comprobada científicamente para combatir la covid-19, que ya deja en Brasil más de 227.000 fallecidos y 9,3 millones de infectados.
Desde el inicio de la pandemia, Bolsonaro ha defendido el uso de este antipalúdico, incluso en pacientes leves, y convirtió en política de Estado su distribución entre los estados y municipios del país.
El interés del gobernante en la cloroquina, que, según dijo, él mismo tomó mientras estuvo aislado en julio pasado tras contraer el virus, llevó a los laboratorios del Ejército brasileño a fabricar millones de unidades en un corto periodo de tiempo.
Ello también causó la renuncia en mayo pasado, en medio de la crisis sanitaria, del entonces ministro de Salud, el oncólogo Nelson Teich, menos de un mes después de asumir el cargo, tras negarse a cambiar el protocolo referente a la aplicación del polémico remedio.
Su sustituto, el general del Ejército Eduardo Pazuello, sin experiencia en el área sanitaria, pasó a promocionar el uso de la cloroquina y de otros medicamentos de los que buena parte de la comunidad científica duda que sean eficaces contra el coronavirus.
En este sentido, el Gobierno de Bolsonaro patrocinó para el "tratamiento precoz" de la covid-19 otras medicinas de dudoso efecto como el vermífugo ivermectina y el antiparasitario nitazoxanida, cuyas ventas también se incrementaron durante el año pasado.
Las del primero crecieron un 557 % y las del segundo un 10 %, entre 2019 y 2020, según el informe.
Bolsonaro también animó, sin presentar prueba alguna, a combatir el coronavirus con vitamina D, que también registró el año pasado un notable aumento de las ventas del 81 %, de acuerdo con el estudio.
En este contexto, el magistrado Benjamín Zymler, miembro del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), pidió la semana pasada al Gobierno que justifique la inversión de más de 100 millones de reales (cerca de 20 millones de dólares) en estos y otros medicamentos de eficiencia no comprobada contra el SARS-CoV-2.
Según Zymler, "no hubo una manifestación" de las autoridades sanitarias brasileñas "sobre los medicamentos a base de cloroquina para el tratamiento de la covid-19 y tampoco la hubo de organismos internacionales", por lo cual no existe "amparo legal" para que sean usados en la red pública de salud.
Fuente: EFE.