Cae la noche y los más pequeños aguardan con ilusión y expectativa la llegada de Papá Noel. De repente, tras la cena y cuando las agujas del reloj marcan las 12, un estallido de luz y color en el cielo ilumina la mágica llegada de los regalos.
Es Nochebuena. Pero el lanzamiento de fuegos artificiales está integrado en múltiples festejos o celebraciones -incluidos los cumpleaños de los clubes de fútbol Peñarol y Nacional- en Uruguay, donde quien los compra puede usarlos sin permiso alguno en cualquier momento del año.
Pero el jolgorio de esos muchos se convierte en la pesadilla de otros tantos: el estruendo alteró su rutina.
Ahora, con el foco puesto en proteger a personas con autismo y a animales, el país suramericano da su primer paso hacia un cielo libre de pirotecnia, meta que han perseguido diversas organizaciones sociales en los últimos años y que, de lograrse, acarreará un cambio cultural desafiante.
Fuente: Télam