Quito inaugura hoy el tercer Festival de la Luz, al que espera la llegada de más de 2 millones de visitantes, en un proyecto realizado con el apoyo de la municipalidad francesa de Lyon y con el que aspira, gracias a una inversión de 500.000 dólares, a fomentar el turismo nacional e internacional.
"Este evento representa un nuevo atractivo turístico para la ciudad", dijo a Efe el alcalde Mauricio Rodas, que esta tarde dará el pistoletazo de salida a un evento que va ganando peso en el circuito regional de espectáculos.
El festival, que durará hasta el próximo domingo en coincidencia de la Fiesta de independencia del 10 de agosto, engalana los principales monumentos del casco colonial con vibrantes espectáculos de luz y sonido en una "celebración de patrimonio e innovación artística", según sus organizadores.
Rodas explicó que la inversión para su ciudad es "relativamente menor" porque tiene un convenio con la municipalidad de Lyon, precursora del festival, y que es la que aporta el conocimiento tecnológico y el desarrollo artístico de los autores.
"Apenas 500.000 dólares en tecnología y diseño del espectáculo", dijo sobre el costo del festival, en el que también hay "algún aporte privado importante como patrocinio".
Y asegura que en términos de costo-beneficio es "tremendamente beneficioso" para el municipio.
"Es difícil cuantificar esto en términos económicos, pero el año pasado tuvimos a más de 2 millones de personas recorriendo el centro histórico durante la Fiesta de la luz y pudimos cuantificar un incremento en la actividad económica, solo en el centro histórico, de más de 15 millones de dólares respecto al mismo número de días del año anterior", explica.
Dieciséis monumentos y edificios emblemáticos del casco antiguo de la capital ecuatoriana se verán iluminados en una combinación de color que desde que comenzó hace tres años ha ido atrayendo a más y más turistas, tanto nacionales como extranjeros.
La Municipalidad aspira a que este año los visitantes superen la barrera de los 2,2 millones, lo que representa una activación de los establecimientos vinculados a la actividad turística dentro y fuera del casco antiguo.
"Los visitantes a Quito consumen hoteles, restaurantes y tiendas de artesanía no sólo en el centro histórico, sino también en otras partes de la ciudad", aseguró al explicar que es difícil por ello cuantificar el impacto general del festival en términos de ingresos.
Un festival que Rodas ve también como "una nueva herramienta de promoción para la ciudad, en base a una experiencia distinta, de magia, luz, color y música al más alto nivel mundial en lo que se refiere a espectáculos artísticos y culturales".
Fuente: EFE.