El drama de los españoles en los campos de concentración llega por primera vez a las pantallas de cine con "El fotógrafo de Mauthausen", basada en la historia real del joven Francesc Boix quien, recluso, logró robar casi 2.000 negativos que registraron los crímenes contra la humanidad de los nazis.
El largometraje, rodado durante 38 días en platós de Cataluña (norte de España) y en los exteriores de un campo de concentración en Hungría, narra cómo Boix consiguió eludir a sus carceleros nazis guardando negativos fotográficos que dieron cuenta del horror de la guerra y que posteriormente sirvieron de pruebas en los juicios de Nuremberg (1946).
En este campo austríaco, a 160 kilómetros al oeste de Viena, unas 100.000 personas de más de 40 nacionalidades fueron asesinadas durante la II Guerra Mundial (1939-1945), la mayoría debido a inhumanas jornadas de trabajo en las que desfallecer significaba ser rematado a golpes o tiros.
En el campo de concentración de Mauthausen estuvieron prisioneros más de 7.000 españoles (republicanos huidos tras el final de la Guerra Civil), de los que murieron más de 4.300. Otros españoles acabaron en los campos alemanes de Sachsenhausen (cerca de Berlín) y Flossenbürg (cerca de la frontera checa).
"El fotógrafo de Mauthausen", dirigida por Mar Targarona, narra cómo el joven Boix, al que encarna el actor Mario Casas, logró con la ayuda de un grupo de prisioneros españoles salvar miles de negativos que muestran desde dentro toda la crueldad de un sistema perverso.
Estos documentos gráficos fueron determinantes para condenar a altos cargos nazis en los juicios de Nuremberg que establecieron que "los crímenes contra la humanidad son cometidos por hombres, no por entidades abstractas", y a los que Boix fue el único español que asistió como testigo.
En entrevista con Efe, la directora dijo que optó por centrarse en la figura de Boix, aunque aseguró que "todos los personajes de su alrededor están inspirados en personajes reales".
Hay "miles de historias para contar" y un "reconocimiento generalizado" hacia Boix, "un poco héroe" en Mauthausen: "Supongo que la historia depende de quién la cuenta", indicó Mar Targarona.
"Hemos hecho puzzles, es decir, de un personaje hemos cogido una parte, y de otro, otra. De hecho, no hay ninguno más que tenga ningún nombre de los que estuvieran en el campo para evitar posibles problemas", dijo la realizadora.
El desafío de interpretar a ese personaje real es del actor español Mario Casas, quien reconoció su "ignorancia" acerca de la historia de ese "héroe" y subrayó la necesidad de "ser conscientes" de la historia y honrar a los que lucharon "para tener lo que ahora tenemos en la actualidad nosotros. Tendemos a olvidar la historia".
"Gracias a su personalidad consiguió robar unos negativos, esconderlos por el campo en distintos sitios, sacarlos también de distintas maneras del campo y después en el juicio en Nuremberg cuando se acabó la guerra acusar a los dirigentes nazis", comentó Casas sobre este personaje "carismático", del que dijo que siempre tenía una "sonrisa".
Boix no fue el único español ni el primero en eludir el control de los nazis para esconder esos testimonios fotográficos, tal y como relata David Wingeate Pike en el libro "Dos fotógrafos en Mauthausen, Antonio García y Francesc Boix".
Según la investigación del historiador británico, cuando Boix llegó al laboratorio fotográfico de Mauthausen, en octubre de 1942, ya llevaba allí diecisiete meses otro español, Antonio García, que estaba escondiendo copias secretas de algunas de las fotografías que revelaba.
Las mismas que, cuando fue internado en el hospital en febrero de 1945, le fueron sustraídas por Boix, que llegó a ser "kapo" (jefe de un grupo de presos) en Mauthausen, donde, según Pike, mostró un comportamiento conflictivo con sus compañeros y adulador hacia sus captores.
Fuente: EFE.