Britney Spears, que el pasado noviembre ganó la batalla legal que puso fin a 13 años de tutela sobre su persona y su patrimonio, se sinceró sobre esa etapa admitiendo que estaba asustada y que se sentía como si no fuera nada.
"Comparto esto porque quiero que la gente sepa que soy humana. Me siento victimizada después de estas experiencias. Y, ¿cómo puedo superarlo, si no hablo de ello?", admite en un audio de 22 minutos, en el que dice haber rechazado entrevistas millonarias para contarlo.
Su padre, Jamie Spears, asumió el control de su vida personal y de sus finanzas en 2008, tras un comportamiento errático de la cantante, ahora de 40 años.
"Ni siquiera hoy sé qué hice realmente, pero no me dejaba ver a nadie. Nada tenía sentido. Tenía que hacer todo lo que me decían. Me decían que estaba gorda todos los días, que tenía que ir al gimnasio. No recuerdo haberme sentido nunca tan desmoralizada, ni que me hicieran sentir como si nada. Yo estaba de acuerdo porque tenía miedo", recalca.
El audio fue publicado el domingo por la tarde en su cuenta de YouTube y recuerda cómo en todo ese tiempo no dejó de trabajar, aunque su estado en ese momento no le permitiera dar lo mejor de sí misma: "Mis actuaciones en Las Vegas eran horribles", confiesa.