La crisis causada por el Covid-19 en Brasil se agrava a cada día, ante lo cual la alcaldía de Rio de Janeiro prorrogó el aislamiento, al que se opone el presidente Jair Bolsonaro, mientras en Brasilia se analiza contratar hoteles para alojar pacientes.
El Diario Oficial del municipio carioca publicó hoy un decreto que extiende hasta el 22 de marzo varias de las medidas que entraron en vigor el viernes pasado para frenar la diseminación del virus.
"No vamos a esperar que los puestos de atención de emergencia se llenen de pacientes, los números apuntan a una situación difícil", declaró el alcalde, Eduardo Paes.
El decreto prohíbe la circulación de personas entre las 23 y 5 horas, así como la realización de fiestas y espectáculos mientras los centros de compra pueden abrir de 9 a 21 horas y se permite el retorno de los vendedores ambulantes a las playas.
El aumento de muertes e infectados sigue creciendo en Brasil, lo que llevó a alcaldes y gobernadores a tomar medidas de aislamiento, que ayer fueron criticadas nuevamente por el presidente Bolsonaro.
El gobernador de Brasilia, Ibanés Rocha, dijo que "evalúa" instalar salas de terapia intensiva en hoteles que están con capacidad ociosa, porque este miércoles quedaba una sola cama de terapia intensiva disponible en toda la capital.
Brasilia está bajo un régimen de aislamiento y de prohibición de circulación nocturna decretado la semana pasada que fue objeto de protestas por parte de empresarios.
En San Pablo, la ciudad más importante del país, con la principal red de hospitales, el cuadro es tan grave como en otras capitales.
"No hay otra salida que no sea avanzar más en las medidas restrictivas de la circulación", declaró hoy el secretario de Salud municipal Edson Aparecido.
Por otra parte se especula que el gobernador del estado de San Pablo puede anunciar nuevas medidas para reforzar el distanciamiento, incluyendo la suspensión de partidos de fútbol y cierre de los templos evangélicos, pese a la presión del bloque de diputados de esas iglesias.
Fuente: ANSA