El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, descartó hoy la posibilidad de implantar un confinamiento de la población a nivel nacional para frenar el número de contagios y tras registrar un récord diario de muertes por coronavirus.
En un discurso en la ciudad de Chapecó, en el estado sureño de Santa Catarina, el mandatario admitió que podría hacerlo, "como quieren algunos", pero negó rotundamente esa posibilidad.
"No habrá un "lockdown" (confinamiento) nacional", aseguró mientras era recibido con aplausos.
El habitual rechazo de Bolsonaro a imponer medidas de bioseguridad y aislamiento se ratificaron hoy, un día después de que el país batiera un nuevo récord de cifras de muertos a causa de la enfermedad.
Ayer, el país registró 4.200 fallecidos por coronavirus y casi 87.000 contagios en tan solo 24 horas, cifras confirman el momento crítico de la pandemia que atraviesa.
Brasil acumula más de 13,1 millones de casos y 337.000 fallecidos a causa de la enfermedad.
Pese al aumento acelerado de infecciones y muertes, y al informe publicado esta semana por el Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, que proyectó para fines de junio entre 507.000 y 595.000 decesos en Brasil por coronavirus, Bolsonaro desdeñó las medidas de aislamiento porque provocan desempleo y pobreza.
El mandatario también criticó a quienes "osan" sugerir que las Fuerzas Armadas ayuden a los gobernadores de los estados a velar por el cumplimiento de las medidas restrictivas.
"El Ejército brasileño no irá a la calle para mantener al pueblo dentro de casa; la libertad no tiene precio", afirmó el mandatario citado por la agencia de noticias Sputnik.
Bolsonaro también defendió el tratamiento precoz de los casos de coronavirus con medicamentos que no tienen eficacia científica comprobada y aseguró que desde que gobierna ya no existe corrupción en Brasil.
Al respecto, Amnistía Internacional consideró hoy al Gobierno de Bolsonaro responsable por la "montaña" de víctimas fatales causadas por el coronavirus y por haber adoptado una política "negacionista" ante la pandemia.
"Brasil se posicionó conscientemente a favor del retroceso, lo que se traduce en esta montaña de muertos por la Covid-19 que está debajo de los pies del Gobierno federal", afirmó la directora de Amnistía en Brasil, Jurema Werneck.
La política del presidente ante la pandemia estuvo marcada por el "negacionismo y la negligencia", reforzó Werneck, que hoy presenta en Brasil el informe anual de Amnistía Internacional, informó la agencia de noticias Ansa.
Según la titular de Amnistía, Bolsonaro contribuyó para que la situación sea más dramática al generar "tensiones" con los gobiernos estatales y atacar el aislamiento social decretado por éstos.
Werneck menciona que la crisis sanitaria fue particularmente agresiva con los sectores sociales más postergados.
En ese sentido recuerda que las autoridades no prestaron suficiente ayuda de las comunidades indígenas.
Debido a ello la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil presentó una demanda contra el Estado para que se garantice el envió de insumos para hacer frente a la enfermedad.
Fuente: Telam.