Los trabajos destacados de Nancy Dupláa siempre se dieron en en la televisión (además de tener importantes roles en cine) pero el teatro no fue un espacio que ella haya elegido con frecuencia. Sin embargo, hoy está protagonizando Exit, una comedia prometedora con producción de su marido, Pablo Echarri.
La obra está dirigida por la ganadora del premio ACE Corina Fiorillo y la acompañan en el elenco Juan Pablo Geretto y Fernanda Metilli. La pieza escrita por el catalán Agustín Franch es una comedia delirante que aborda el capitalismo salvaje, expresado en las decisiones límite que se toman en una empresa en la que Lidia (Dupláa) asume como directora de recursos humanos.
NANCY DUPLÁA Y CORINA FIORILLO SOBRE EXIT, LA COMEDIA QUE SIGNIFICA EL GRAN REGRESO AL TEATRO PARA LA ACTRIZ
- Corina, ¿cómo te llegó la obra y por qué elegiste este elenco?
-La obra me llega porque suelo tener un día por semana en que me lo paso leyendo. Así busco los materiales que hago. Un día leí Exit, quedé fascinada, y decidí hacer algo que no había hecho hasta ahora, que es comprar el material. Luego busqué producción. Nos acompañó Tomás Rottemberg de entrada y luego Pablo Echarri con su productora.
-¿Cómo fue la charla con Nancy?
-Todos me dijeron, “no, Nancy no quiere hacer teatro”. “Ya le acerqué obras y me dijo que no”. Entonces le hablé a un amigo en común que tenemos, que es Pablo Cullel y me dijo, “Nancy lee muy bien los materiales. Es bueno, le va a gustar, pero hay que ver si la convencés”. Lo mismo me dijo Eleonora Wexler, que también es otra amiga en común que tenemos.
-¿Te rechazó de una?
-La verdad es que lo primero que me dijo fue “el material me encanta, pero no. No puedo, no me atrevo, no quiero, no sé si estoy preparada para hacer ahora teatro”. Entonces me senté a charlar sobre sus temores. Sobre por qué, si era un gran material. Porque no abundan los grandes materiales, la verdad. Todos sabemos lo difícil que es conseguir un gran material.
Y ahí empezamos a congeniar. Costó, pero una vez que se subió, fue una carretera divina.
- Nancy, ¿querés contarnos tus miedos?
-Sí, bueno, fue así. Digamos, la estrella de esto es la historia. Por eso tanto yo como Juampi Geretto y Fer Metilli dijimos que sí. Bueno, ellos lo dijeron al día siguiente. Yo tardé un poco más, pero porque me resistía a la idea de hacer teatro.
-¿Por qué tanta resistencia?
-Porque sí. Porque la tele es en donde yo me formé, expandí y fui todo lo que soy, digamos. Pero también todo eso ya había dejado de existir.
Entonces empecé a evaluar qué hacer por delante. Y en esa evaluación siempre estaba el teatro. Pero la dinámica del teatro me sacaba de ciertos lugares que para mí son muy cómodos. Que yo necesito de presencia, mi familia, mis hijos a la noche y demás. Me negaba la posibilidad.
-Sin embargo, te la jugaste…
-La verdad es que era demasiado arriesgado decir que no a esto. Porque cumplía todos los deseos que yo tenía para un personaje y para con una historia. No me podía dar el lujo de decir que no. Así que bueno, vino de la mano de Cori que fue muy vehemente en ese momento también. Y fue también muy protectora. Yo soy como una adolescente. Necesito muchas certezas, tener un buen material, una buena historia y tener quien me proteja.
“La verdad es que era demasiado arriesgado decir que no a esto. Porque cumplía todos los deseos que yo tenía para un personaje y para con una historia”.
-Además, Pablo es un gran padre y los chicos se pueden cuidar solos. ¿No?
-Ya están grandes. Esa era la excusa para no probarme a mí misma, para no abordar el desafío. En ese sentido soy como muy cómoda. La tele a mí me ordena desde ahí. Yo voy a trabajar temprano, a las 19 me voy, ya estoy en mi casa con la comida, los pibes, el baño, bla, bla, bla. Y el teatro cambia esa dinámica, pero bueno, llega en el momento justo también.
-¿Cómo te sentís en los ensayos? ¿O es que te estás arrepintiendo y no sabés cómo decirle eso a Corina?
-Ja, ja. No, todos los días me levanto y me quiero matar. Digo “¿Dónde mier… me metió Corina?” Pero no me arrepiento. Esto se dio como un círculo virtuoso y cada día, cada paso, cuando ya tuvimos la obra bien compacta y todas en la cabeza, ya fue un gran paso.
Y todos fueron un paso de certeza y de disfrute que me hace estar muy entusiasmada con lo que tenemos en mano, con lo que estamos armando, con lo que se sigue armando. Porque ella es como una escultora donde todo el tiempo afina. Así que estoy muy protegida también desde ahí y muy segura de lo que tenemos. Aparte de la escenografía, la acrobacia de Fer. No spoileamos, pero es un condimento más que tiene la obra.
“Todos los días me levanto y me quiero matar. Digo “¿Dónde mier… me metió Corina?” Pero no me arrepiento”.
-Corina, la obra toca una temática que está muy vigente en el contexto social argentino. ¿Fue adrede?
- No, la leí mucho antes y dio la casualidad. Y es la primera vez que me pasa. Con Nerium Park, la obra de otro catalán, me pasó que era una obra que hablaba del desempleo en un momento en que la Argentina era un tema totalmente ajeno. En el tiempo de ensayo, más dos viajes que hizo Claudio Tolcachir cuando volvió, era un tema lamentablemente muy cercano para los argentinos.
Y en esta obra nos pasó lo mismo. Yo la leí y la compré por comedia. No por adecuada al momento. Y creo que está en un momento tan increíblemente exacto donde a mí en lo personal me da mucha satisfacción que vengan a 80 minutos de matarse de la risa de algo que nos está pasando cotidianamente a todos. Entonces creo que en cierto lugar nos permite un camino que siempre es muy sabio: la reflexión a través del humor.
-Nancy, ¿sentís ansiedad por la cuestión de la venta de entradas?
-Cero. No. Juro que nunca, nunca jamás, aunque no me crean, pongo el ojo ahí. No sé si porque no me importa. La prioridad para mí siempre, ya como decía antes, es tener una buena historia que sea compacta para contar. Y todo lo que se pue da dar alrededor para que eso sea un gran viaje para mí. Estar cómoda, no me gusta pelear, no me gusta pasarla mal. Entonces, me aseguro mucho todo eso.
Si después eso tiene el agregado de que encima va bien y qué sé yo, va a estar todo bien, todos muy contentos de que eso suceda. Pero para mí no es el objetivo principal. Cuando eso sucede es magnífico y es agradecido también.
“Juro que nunca, nunca jamás, aunque no me crean, pongo el ojo en la cantidad de público. No sé si porque no me importa. La prioridad para mí siempre es tener una buena historia que sea compacta para contar”.
-¿Qué sentís con el hecho de competir en la cartelera porteña con referentes de la televisión como Carla Peterson con Reverso, o Adrián Suar y Benjamín Vicuña en Felicidades?
-Carla, Adrián, que son emergentes de esta Argentina, de esta televisión en la que nosotros nos formamos, no existe más. La TV no tiene más lugar para nosotros ni para nuestras historias.
Y el teatro paralelamente, a pesar de la emergencia, fue creciendo por lo que es, ¿no? Por el engalanamiento de los actores y técnicos y directores que tenemos, por lo que es nuestra calle Corrientes. No tenemos nada que envidiarle a las de afuera. Y porque es un espacio para que nos debemos como actores poder explorarlos.
Realización audiovisual y edición
Fernando Halperín.