El domingo por la noche estalló el escándalo y, finalmente, Yanina Latorre decidió hablar de los chats hot entre su marido, Diego Latorre, y Natacha Jaitt. La panelista de Los Ángeles de la Mañana se sentó frente a Ángel de Brito y contó detalles de la delicada situación familiar que atraviesa con el exfutbolista, con quien son padres de Lola (16) y Dieguito (13).
“Estoy dando la cara porque como yo hablo de los demás, corresponde que yo hable. Pero me estoy comiendo una galletita que yo no generé. Me enteré el domingo cuando me dijiste vos Ángel. A los diez o quince minutos llega Diego con los chicos y entonces tenés que mantener la calma. Estaba blanca, no me latía el corazón”, comenzó. “No quiero que me tengan pena ni compasión. Cuando uno tiene hijos no es lo mismo. Eso es lo que la gente no entiende. No me molesta la infidelidad. No tengo una pareja abierta, no soy swinger. Siempre dije que un polvo se perdona, no perdono la poca inteligencia”, afirmó.
"No me molesta la infidelidad. No tengo una pareja abierta, no soy swinger. Hace 23 años que estoy casada. Diego no es solo mi pareja, es todo".
“Hace 23 años que estoy casada. Diego no es solo mi pareja, es todo. Es mi hermano, mi amigo, mi marido, el padre de mis hijos. Tengo un proyecto con él. Todavía no hablé con Diego porque estoy muy enojada y no quiero gritar. No quiero hacer nada en casa porque están los chicos. No sirvo para estar tirada en una cama llorando. La vida continúa, tengo un trabajo y una responsabilidad”, continuó.
“El domingo los chicos no se dieron cuenta de nada y el lunes se enteraron cuando me vieron acá en el programa emocionada. Ahora me puedo reír de mi desgracia. Me decepciona la estupidez y perderle a alguien la admiración. Nunca lo había descubierto en nada, nunca me pasó algo así en la vida. Todo lo que tengo en la vida son Diego y los chicos”, dijo Yanina, visiblemente emocionada.
"Me decepciona la estupidez y perderle a alguien la admiración. Nunca lo había descubierto en nada, nunca me pasó algo así en la vida".
“En nuestra relación la fuerte soy yo, la que siempre le saca las papas del fuego soy yo. Todavía no pude hablar con mi mamá. No me animo, me da vergüenza. A mi mamá también le pasó y siento que repito la historia. Esto le pasa a todas las mujeres. Yo entiendo que te calientes con otro, a mí también me puede pasar. Somos una pareja muy dialogadora. Hubiera querido que fuera vivo, nada más”, agregó.
“No fue un día fácil para mis hijos, creo que eso es lo que nunca le voy a perdonar a Diego eso. El dolor de mis hijos. Yo siempre lo cuidé. Esta vez no lo voy a cuidar ni proteger, me cansé. Ahora voy a pensar en mí. Creo que es una inmadurez absoluta, un infantilismo… Vi muy poco y no quiero ver más nada porque me tiembla el cuerpo. No lo eché de mi casa, pero no dormimos juntos. No pensé todavía si me voy a separar. Se me cruzó irme a la mierda y no volver nunca mas. Siento mucha vergüenza. Yo banco la que venga, pasé cosas muy duras y esta la voy a bancar”, afirmó.
"No lo eché de mi casa, pero no dormimos juntos. No pensé todavía si me voy a separar. No hablaría con Natacha, no me interesa, no soy morbosa".
“Él se tiene que cuidar, yo no nací para ser policia de nadie. Yo no quiero ser madre, ni niñera de nadie. Con Natacha me llevo bien. Me sorprendió de él, no de ella. No me molesta el mote de cornuda. No se murió nadie, todavía no hay una familia rota, no hay una enfermedad terminal. De esto vamos a salir. Nunca hablamos de separanos, esta es la primera vez que nos ronda. Nunca vivimos una crisis profunda”, explicó Yanina.
“Al principio Diego negó todo, yo también quería creer que no. Creo que todavía no me cayó la ficha. Diego es hombre, no le da. Creo que fue estúpido. Diego pecó de idiota, capaz tiene tan poco amor propio que no sé… Nosotros sexualmente estábamos bien. No hablaría con Natacha, no me interesa, no soy morbosa. Estoy dando la cara así me dejan de criticar. No sé si Diego está preparado para hablar públicamente de esto. Él tiene que dar la cara conmigo y con los chicos, nada más. Él está destrozado”, concluyó.