Shock, bronca y tristeza. Esas tres sensaciones se apoderaron de la orda de fanáticos de The Walking Dead durante el estreno de la séptima temporada de la serie de zombies que bate records de audiencia a nivel mundial.
La sexta temporada se despedía en abril con la imagen más sombría e impactante en lo que va del ciclo. El temido Negan (Jeffrey Dean Morgan) hacía su debut y estrellaba su bate 'Lucille' sobre el cráneo de alguno de los queridos habitantes de Alexandría. Desde Rick hasta Eugene, todos tenían un número en la lotería mortal de este cruento personaje que pretende controlar los destinos de todos los sobrevivientes.
El esperado comienzo de temporada arrancó con Rick (Andrew Lincoln) debatiéndose entre doblegarse ante "Los salvadores" o luchar hasta el final. Con una amenaza a lo Liam Neeson en Búsqueda implacable, el sheriff Grimes le juró al violento bateador:"No hoy. No mañana. Pero voy a matarte”, dejando en claro que tarde o temprano la promesa será cumplida.
Fiel al estilo del autor Robert Kirkman, recién a mitad del capítulo que dio comienzo a esta temporada nos enteramos que Abraham (Michael Cudlitz) era el dueño de la masa encefálica desparramada sobre la tierra. El colorado se bancó un par de batazos salvajes hasta despedirse con un sublime "chupame los huevos" (frase que se convirtió en meme automáticamente), antes de recibir el golpe final.
Todo indica que será la temporada más traumática y cruenta de la serie, aunque para alivio de los fans no será la última. La cadena AMC renovó el contrato de The walking dead para producir una octava entrega.
La sangre no se iba a detener ahí. Nunca se detiene en The Walking Dead. Y cuando pensábamos que con la muerte de Abraham ya estaba todo dicho, Daryl (Norman Reedus) osó defender a Rosita (Christian Serratos), la viuda oficial del finado, y empeñar el destino de otro de sus compañeros.
Negan se cobró el coraje del Dixon tomándolo como rehén y con el cerebro del pobre Glenn (Steven Yeun). Los seguidores del comic que inspiró a la serie se veían venir tremenda escena pero no dejaron de sorprenderse con la exactitud del plano en que al joven asiático se le "revienta el ojo" como sucedía en las viñetas del papel.
Por si semejante descontrol no alcanzaba para que Rick se entregara a la voluntad de Negan, el pedido de cortarle la mano a Carl (Chandler Riggs) terminó por despojar de cualquier tipo de resistencia al protagonista de la serie.
Aunque parecía que no quedaban vestigios de valentía, fue Maggie (Lauren Cohan) entre sollozos quién alimentó la venganza y determinó el rumbo de esta séptima entrega: liquidar a Negan.
Todo indica que será la temporada más traumática y cruenta de la serie, aunque para alivio de los fans no será la última. La cadena AMC renovó el contrato de The Walking Dead para producir una octava entrega.
Si esto empieza así...