La noticia sorprendió y preocupó al mundo artístico. La querida María Valenzuela atraviesa una fuerte depresión que la llevó a pesar tan solo 39 kilos y a internarse en un psiquiátrico. El 20 de agosto, la actriz sufrió la muerte de un querido amigo, que terminó de asestar el golpe a su ya malograda salud y derivó en su reclusión en la clínica porteña Las Heras. “¡La Parca me sigue..!”, aseguraba la artista a viva voz, según informó la revista Caras.
La publicación retrató a María junto a su hija Malena (además es madre Juan y Julián, fruto de su unión con Juan Carlos “Pichuqui” Mendizábal) en uno de sus paseos diarios permitidos. El semanario detalló la estricta rutina a la que se somete la actriz en la clínica para salir adelante. Se levanta puntualmente a las 8 de la mañana y, obligadamente, se tiene que vestir para subir a desayunar al comedor de la clínica junto al resto de los pacientes internados.
Al terminar su café con tostadas o dulces, se le permite salir al patio a fumar su primer cigarrillo del día. Luego, debe cumplir con la rutina de clases, charlas y ejercicios. Más tarde pinta, hace mandalas, conversa con sus compañeros y tiene tiempo para distenderse con juegos, como el Burako. Todos los días tiene su horario de visitas autorizadas (sus hijos con sus parejas y un amigo, el productor Fabrizio Zabala) y una hora para salir a caminar y hasta tomar un café en un barcito de los alrededores.
Luego de cada almuerzo, en la clínica la invitan a relajarse en una corta siesta que antecede una nueva charla y reunión con el psicólogo que le realiza una evaluación diaria. Además, cuenta la revista Caras que, por el momento, la actriz no puede recibir llamadas telefónicas ni tiene un celular.