Para disfrutar del fin de semana, Julián Serrano se fue a un bar con amigos. Muy contento en el local de Cerrito, el influencer mostró a través de sus stories de Instagram cómo la pasó; comió una hamburguesa, tomó algo con sus pares y se rió a carcajadas.
Sin embargo, su gesto no cayó bien. Los vecinos de la zona pusieron el grito en el cielo porque, según ellos, Julián pudo entrar al municipio a pesar de las restricciones que aún hoy rigen para que el coronavirus no siga expandiéndose. Los jóvenes habrían mentido en el control, diciendo que iban a trabajar en el restó. Sin embargo, se los vio comiendo y disfrutando como un comensal más.
Los jóvenes habrían mentido en el control, diciendo que iban a trabajar en el restó. Sin embargo, se los vio comiendo y disfrutando como un comensal más.
El enojo de los vecinos se suma a otra polémica que, en estos últimos días, puso a Julián en en centro de la escena. Criticó el cepo al dólar y defenestró al Gobierno de Alberto Fernández (provocando voces a favor y en contra).
Siempre polémico...