House of Cards, la serie de drama político que puso en el mapa a Netflix y que ayudó a erigirlo en el jugador más importante de una nueva era de la televisión, presentará este viernes su temporada final con personajes nuevos y ya sin Kevin Spacey como protagonista, despedido tras numerosas denuncias por acoso y abuso sexual en su contra.
Con una extensión reducida de 8 episodios, la sexta entrega de House of Cards dejará atrás el "doble comando" que caracterizó la trama siempre centrada en el inescrupuloso matrimonio presidencial de Francis y Claire Underwood (Spacey y la brillante Robin Wright).
Como si los guionistas hubieran tenido una premonición, la quinta temporada finalizaba con la caída en desgracia y destitución de Frank y el ascenso al poder de su esposa Claire.
Reacia a hablar sobre las denuncias en contra de Spacey -según las cuales más de 15 hombres sufrieron sus acosos o abusos-, Wright manifestó en varias oportunidades que "no conocía al hombre" detrás del compañero de trabajo, pero sí participó de la decisión de seguir adelante sin él y celebró poder mantener el trabajo de más de "200 personas".
La convulsionada salida del doble ganador del premio Oscar en noviembre pasado, cuando el rodaje estaba por comenzar, obligó al equipo a reescribir los guiones y pensar una forma armónica para sacar a su personaje, pero ello no alteró el curso del arco argumental de Claire.
Es que, según declaró Wright en diferentes entrevistas a medios internacionales, siempre supo que la trayectoria de Claire iría desde aquel apoyo incondicional a su marido para acceder al poder en el comienzo, su progresiva enemistad y la eventual llegada a la Casa Blanca como la primera presidenta de los Estados Unidos.
El empoderamiento femenino es un tema recurrente en Hollywood que, en consonancia con el potente movimiento #metoo creado a partir de las decenas de hombres de la industria denunciados por acoso y abuso sexual, se expresa en otras reconocidas ficciones como Big Little Lies o The Handmaid's Tale.
Frank Underwood ha muerto, y la acción retomará tiempo después de ese suceso.
Pese a la ausencia de su anterior principal aliado y en última instancia gran rival, Claire Underwood no tendrá un camino libre de obstáculos.
Además de la interesante y siempre tensa dinámica que mantiene con el jefe de gabinete y mano derecha de Frank, Doug Stamper (Michael Kelly), los herederos de un conglomerado industrial con gran capacidad de lobby en el poder político y con un pasado complicado con los Underwood supondrán un verdadero desafío.
Se trata de los hermanos Annette y Bill Shepherd (los nominados al premio Oscar Diane Lane y Greg Kinnear), además del hijo de la primera, Duncan (Cody Fern).
Con la resolución de la historia de Claire, que procurará vencer a los fantasmas de sus crímenes del pasado y vencer en el juego de Washington DC, llegará a su vez el fin de una etapa para el gigante mundial del streaming.
Cuando la serie comenzó en 2013, House of Cards era tan solo una adaptación de la ficción homónima de la BBC inglesa de los 90 y Netflix era conocida aún como una distribuidora a domicilio de películas de alquiler.
Pocos sabían de su evolución hacia la modalidad de oferta online de producciones propias o de terceros.
Cincuenta y tres nominaciones al premio Emmy de la Academia de TV estadounidense y dos Globos de Oro (uno para Spacey y otro para Wright) más tarde, House of Cards colaboró en el crecimiento exponencial de la plataforma, que hoy llega a 190 países del planeta e invierte 8.000 millones de dólares por año en producción original.
Fuente: Telam.