El trágico accidente de Sergio Denis en un teatro de Tucumán hizo que en Pamela a la tarde traten el estado de salud del cantante. Invitada al ciclo de Pamela David, Teresa Calandra (66) recordó que el músico había contado que cuando en 2007 tuvo un infarto sintió que durante unos minutos estaba muerto y tuvo “la imagen de caerme de un tablón, y caía en la muerte, en un espacio negro". Entonces, la exmodelo recordó una experiencia trascendental que tuvo.
“Me sorprendió lo que dijo Sergio, ver una declaración así, porque si vos lees los libros de Víctor Sueiro, donde hay muchos testimonios de gente extranjera, de distintas nacionalidades, edades y sexo, todos hablan de la luz, no de la oscuridad ni sentir que te ahogás en un pozo profundo y que te da temor”, empezó diciendo.
"Llegué a casa y le dije a mí marido ‘no me siento bien, parece que me enfermé’. Él me dijo que me tomara algo fuerte y, evidentemente, a mí no me caen muy bien los remedios".
“En 1998 yo estaba trabajando en un magazine de ATC en donde los domingos me tocaba presentar shows internacionales. Ese domingo en el que estábamos en Puerto Madero, me acuerdo perfecto, hacía mucho frío y paramos la grabación porque estaba vestida de noche. Llegué a casa y le dije a mí marido ‘no me siento bien, parece que me enfermé’. Él me dijo que me tomara algo fuerte y, evidentemente, a mí no me caen muy bien los remedios”, empezó relatando la conductora.
“Me tomé la pastilla y me dormí. A las seis de la mañana, miré la hora y dije ‘qué mal me siento, tengo ganas de vomitar’. Crucé el vestidor y fui al baño y ahí empecé a sentir que se me daba vuelta todo, pensé que me estaba por desmayar y me senté para evitar golpearme. Todo esto en fracciones de segundo. Me senté y lo último que me acuerdo es que abrí la puerta y dije ‘Gonzalo’. Milagrosamente, mi marido me escuchó”, relató, sobre el hecho que le cambiaría para siempre la vida.
"Fue una sensación de poder estar en la luz, una sensación de gloria. Sentí literalmente que el alma se me despegaba de mí cuerpo. Había un brazo de una persona que me recibía. Yo estaba muerta, literalmente. No tenía signos vitales, ni respiraba".
“La sensación que tuve fue que se me cerraba toda la visión, como cuando se quemaban los televisores de antes cuando éramos chicos. A partir de ahí, viví algo único, que ojalá lo pudiese volver a vivir”, siguió Teresa. “Fue una sensación de poder estar en la luz, una sensación de gloria. Sentí literalmente que el alma se me despegaba de mí cuerpo. Había un brazo de una persona que me recibía. Yo estaba muerta, literalmente. No tenía signos vitales, ni respiraba. Mi corazón se había parado. Eso lo vivió mi marido que fue quién me reanimó”, confesó.
“Cuando abrí los ojos, lo miré a mi marido y le dije ‘la próxima vez, no me traigas’. El ser humano es egoísta. Yo no quería volver. Cuando vos conocés ese lugar, no querés volver”, finalizó Teresa Calabra, sobre la profunda experiencia que tuvo.